EL ESTILITA
Casablanca y verde
A Susana Díaz le encantaría volver a gobernar sostenida por Cs, y a sospecho que a los andaluces realistas también
Susana Díaz y Juan Marín en el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía
A Juan Marín le faltó dejarse bigotito, ponerse un quepis y exclamar: ¡Qué escándalo, he descubierto que aquí se juega! Lo cierto es que sus declaraciones, tras la ruptura del pacto con el PSOE , no fueron menos cínicas que las del ... capitán Renault en el café de Rick. Atiendan al discurso: «La gravedad de hechos como gastarse el dinero de los andaluces en puticlubs y fiestorras bajo la dirección, tutela y gobierno de dos expresidentes y una presidenta es tan inmoral que difícilmente se lo podremos explicar a nuestros hijos mirándoles a la cara ». Sin duda, al señor Marín le será imposible explicarlo a los suyos si tiene que añadir el hecho de que apoyó a esa presidenta . Supondrá, no obstante, que los votantes no son tan exigentes como los hijos, y de ahí que aún se sienta capaz de presentarse como alternativa a sí mismo .
Y para lo mismo. A Susana le encantaría volver a verse de gobernanta sostenida por Ciudadanos . Y sospecho que a los andaluces realistas y sensatos también. La ven como la opción menos mala, quizá vestida de azul en un mundo de rojos y grises. Pocos barajan la posibilidad de una mayoría absoluta de las derechas y casi todos consideramos que la confluencia de comunistas y podemitas puede traducirse en un significativo incremento de los escaños de las izquierdas, que se ofrecerán exultantes a la candidata socialista para reeditar un acuerdo que se diga de progreso. Ninguna perspetiva puede resultarle más incómoda a Susana Díaz. La casera del cortijo sabe que vive a expensas de un régimen caciquil , extremadamente conservador , esforzadamente consolidado al cabo de cuarenta años, que tiene sus más eficaces mecanismos en el clientelismo sistémico y en el victimismo folclórico , y su válvula de seguridad en una aparente moderación política que satisface a la clase media. Nadie está en condiciones de contribuir a la subsistencia de ese régimen con más discreción y efectividad que Marín. Lo ha demostrado en este último periodo. Deduzco, pues, que el anterior avenimiento de Susana y Juan fue solo el principio de una hermosa amistad .
No todos se ven tan felices. Los populares afrontan las elecciones como una transición interna. No piensan en Moreno Bonilla , si lo hicieran probablemente lo despreciarían. Pero no han querido sustituirlo precipitadamente. Unas elecciones perdidas más en Andalucía no se notarán . Es la costumbre . Al menos a Zoydo siempre le quedará Sevilla y a Nieto Córdoba . Para lo que venga después. Si ellos pueden soportarlo, yo también puedo, se dirá Casado animándose. En cualquier caso, es García Tejerina , tal vez inopinadamente, quien ha iniciado la campaña del PP . Y a mi modo de ver, con notable brillantez, puesto que ha sacado de quicio a la presidenta -acaso porque se haya reconocido en ese fracaso escolar - y la ha hecho describir un panorama surrealista, entre fascinante y aterrador, donde los niños andaluces construyen airbús y trenes ultrasónicos, operan cánceres y tocan el saxo en sus ratos libres. Tan delirante discurso, sin embargo, es coherente con unos presupuestos generales que se negocian en la cárcel y con unas sentencias contrarias de dos salas del mismísimo Tribunal Supremo . ¡España se derrumba y nosotros votamos a cualquiera!
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