Un ascenso más que merecido

La directiva ha sabido alinear factores para el éxito: conformó una excelente plantilla; la puso en manos de un técnico, Germán Crespo , que la ha dirigido con acierto y ha habido comunión entre la entidad y la afición; a diferencia de otras épocas. Eran aquellas etapas convulsas en las que los dueños propiciaban una relación con la hinchada más tensa que la de Simeone y Guardiola.

Pasada la celebración, el Córdoba tiene que preparar la próxima campaña , en la que le pido estar peleando por alcanzar la Segunda hasta el último minuto. Exigirle el ascenso sí o sí es que nos marque una presión innecesaria, porque parte de la magia de este deporte consiste en que deja fuera de juego más de una vez las listas de favoritos de la competición que sea.

Por eso, como aficionado adoptivo, solicito a los responsables del club que sigan trabajando para dotar a la entidad de unos pilares sólidos que la hagan militar definitivamente en el fútbol profesional, sin que episodios dolorosos nos entren duro al corazón. No se nos olvide que en la temporada 2014/2015 estábamos jugando con el Madrid y el Barcelona y seis campañas después -regate a la desaparición incluido- nos vimos en el pozo de la Segunda RFEF.

Pero este análisis del presente curso futbolístico merecería un suspenso si no citara un último elemento importante para haber subido: el jugador número doce. La hinchada blanquiverde ha vuelto a demostrar que ella no entiende de categorías: independientemente de en qué peldaño del fútbol español esté el equipo, ella siempre es de primera. Es el mejor fichaje, con diferencia, que haya podido hacer el Córdoba en sus 67 años de historia .