Fiesta del Custodio
San Rafael, la gran tradición de Córdoba en peligro de no renovarse en los jóvenes
La ciudad sólo ha erigido tres triunfos en los últimos 60 años el último fue hace más de una década
El nombre del Custodio sigue siendo el más frecuente, pero ha empezado a perder puestos entre los recién nacidos
Éstos son los actos en honor de San Rafael
El Centro de Interpretación de San Rafael potencia su web y busca la complicidad de los cordobeses
Córdoba
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Iniciar sesiónFrente a la primera estación de ferrocarril que tuvo Córdoba, en el lugar que ahora se conoce como el Vial Norte, hubo desde 1953 un triunfo de San Rafael. Era del siglo XVIII y estuvo entre el Alcázar de los Reyes Cristianos y ... mirando al Guadalquivir. Es decir, junto a una puerta de la ciudad.
A partir de entonces pasó a dar la bienvenida a los viajeros que llegaban en tren, y tenía mucho sentido en los dos casos: San Rafael es el custodio de Córdoba, pero aparece en la Biblia acompañando al protagonista del Libro de Tobías en un largo camino en el que le presta alimento. Por eso su presencia se asocia con las entradas y salidas de la ciudad. En 2007 se desmontó para girarlo 180 grados y que mirase hacia la avenida de América, y no al lugar en que ya no estaba la estación.
Cuando llega el 24 de octubre, Córdoba vuelve a mirar al Arcángel Custodio, pero lo hace preguntándose si su presencia no se ha quedado circunscrita al patrimonio histórico y a la zona antigua y sin peso fuera de ella. Es decir, si San Rafael no es algo que sucedió en el pasado, y que no se conserva, pero que no se renueva en este tiempo. Y eso tanto en la veneración y presencia del Arcángel desde el punto de vista religioso, cultural e icónico, como en su repercusión social más amplia.
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La presencia de San Rafael en Córdoba comenzó en la Edad Media, se consagró con la aparición al sacerdote Andrés de las Roelas el 7 de mayo de 1578 y comenzó a salir a las calles en el siglo XVII y sobre todo en el XVIII. De 1651 es el monumento más antiguo, todavía no un triunfo, obra de Bernabé Gómez del Río, aunque los demás llegaron en el XVIII (a partir del que levantó Jean Michel Verdiguier junto a la Puerta del Puente) y sobre todo en el XIX.
En muchas ocasiones estaban en las puertas de la ciudad, en los lugares por los que llegaban los viajeros y por los que salían otros. Era el caso del de Puerta Nueva, el que está en la calle Muro de la Misericordia junto a la avenida de las Ollerías o el que se alzó en la plaza del Cristo de Gracia, derribado hace dos años durante un fuerte temporal y todavía sin reponer, pese a las promesas del Ayuntamiento.
A esa especie responderían los dos más recientes: el de la estación, que también había estado en las afueras de la ciudad, y sobre todo el que estaba junto al puente también llamado de San Rafael, en la orilla derecha del Guadalquivir, y que labró el escultor Amadeo Ruiz Olmos en la década de 1950, cuando se abrió el que sería el segundo paso urbano sobre el río.
Era también la época en que la ciudad comenzó a crecer fuera de las antiguas murallas y la presencia de San Rafael fue mucho menos frecuente. Cuando Córdoba tuvo nuevos puentes, sobre todo a partir de los años 90, no se colocaron nuevas imágenes de San Rafael en los del Arenal, Miraflores o Andalucía. Para este último lo pidió la hermandad que rinde culto al Arcángel en la iglesia del Juramento, pero sin éxito. Mucho menos iba a estar junto a la nueva estación del AVE.
Sólo dos monumentos públicos se han erigido en los últimos años. El primero, a mitad de la primera década del siglo XXI, es el que está en el estadio El Arcángel, en la entrada hacia la tribuna, y que corregía un error histórico, ya que el anterior también había tenido una imagen de San Rafael, cuya destrucción generó mucho desagrado entre la afición.
Muchos triunfos se dispusieron en puertas y lugares de viajeros, como la estación o los puentes, pero eso se ha perdido
El segundo, el más reciente, sí que fue un triunfo, y se levantó en la calle Sebastián Cuevas, en el barrio del Arcángel. Lo ejecutaron alumnos de la Escuela de Arte Dionisio Ortiz y en él aparecen la cara y manos del ángel, junto a la cartela en que, como es habitual en Córdoba, recoge las palabras que dirigió a Andrés de las Roelas el 7 de mayo de 1578: «Yo te juro por Jesucristo Crucificado que soy Rafael, ángel a quien tiene Dios puesto por guardián de esta ciudad de Córdoba».
El resto es pura vanguardia, porque el cuerpo y las alas del Custodio están hechos con hilos metálicos, sobre una columna clásica. Habían pasado más de 60 años desde el anterior y no ha habido otros intentos desde entonces. Sólo algunas asociaciones privadas han dispuesto imágenes, como la asociación de familiares de enfermos de alzhéimer, que lleva el nombre de San Rafael.
La presencia del Arcángel en la ciudad a la que protege no peligra, pero sí su expansión y sobre todo su memoria. Detrás de ello está una de las iniciativas más significativas de los últimos años, el Centro de Interpretación del Juramento de San Rafael, que se instaló en la zona superior de la iglesia del mismo nombre con la idea de explicar la historia de la relación entre el Custodio y Córdoba, plasmada en la protección frente a epidemias y catástrofes y después en la aparición.
Se habla de las obras de arte, de la iglesia y de toda la presencia. Ahora acaba de lanzar una nueva página web y mejora en sus redes sociales, que busca no sólo darse a conocer, atraer más visitas y hablar de San Rafael, sino también la interactividad con los devotos, que están invitados a contar recuerdos, pequeñas ayudas que recibieran de su mediación y memoria de la veneración que tuvieron en su familia.
Nombres
La presencia de San Rafael ha pervivido también, más allá del icono, en varios aspectos más de la vida cotidiana. El más significativo, el de los nombres. Rafael fue siempre el nombre más popular en la ciudad para los varones, aunque eso tiene que ver tanto con la devoción como con la herencia.
Según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), el nombre más frecuente entre los hombres es Rafael, que llevan 64 de cada mil habitantes de Córdoba. Eso no quiere decir que goce de tan buena salud como en otros tiempos.
El mismo estudio advierte de que el nombre de Rafael está presente entre los cordobeses vivos, pero también insistía en un dato: la edad media de los cordobeses que celebran su santo el 24 de octubre ya supera con muchos los 50 años. Es decir, empieza a perder fuerza. El siguiente está bastante lejos: es Antonio, con 50 de cada mil, seguido por Francisco, con el 48,49. Menos popular es el nombre femenino, Rafaela, aunque en Córdoba capital está en octavo lugar.
La mayor parte de los datos del IECA sobre la estadística de recién nacidos son provincializados, es decir, hablan de los nombres en toda la demarcación, y no sólo en la capital, donde viven la mitad de los habitantes, pero allí también tenía amplia presencia el nombre de Rafael.
Si se abre el foco hacia la provincia, lo llevan 53 de cada mil, porque su devoción también está muy presente en muchos lugares, sobre todo en la Campiña y en el curso del Guadalquivir. De hecho, es el segundo nombre más frecuente en todo el territorio, sólo por detrás de Antonio, a cierta distancia, y por encima de Manuel.
64 de cada mil cordobeses llevan el nombre de Rafael, pero en muchos casos son personas de más de cincuenta años
Por ejemplo, en 2024 Rafael fue el octavo nombre más escogido por los padres para los niños recién nacidos en la provincia de Córdoba, por detrás de Manuel, Álvaro, Alejandro, Hugo, Pablo, Mateo y Antonio. De ellos, sólo el de Álvaro guarda relación con la historia y las devociones de la ciudad.
Teniendo en cuenta la anterior presencia de Rafael en todo el territorio de Córdoba, la progresión podría llevar a que pierda el primer lugar en la capital y el segundo en la provincia dentro de no más de dos décadas. También Córdoba es el territorio en que más niños heredan el nombre de alguno de sus progenitores, y eso puede beneficiar, aunque sea de forma indirecta.
Peroles
De la forma de celebrar la fiesta de San Rafael dicen mucho también las tradiciones gastronómicas y festivas. Para muchos ciudadanos, el perol es consustancial a la jornada del 24 de octubre, pero es una costumbre también de personas de cierta edad.
Eso sí, todavía muchos restaurantes, incluso los más prestigiosos, lo consideran una jornada tan importante como para cerrar y disfrutar en familia, algo que no sucede con otros festivos a lo largo del año. Entre los jóvenes la costumbre ya no está tan arraigada, ni de disfrutar de la jornada de esa forma ni mucho menos de conocer el ritual de encender el fuego, preparar el tradicional arroz y organizar la jornada campestre.
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