La plaza de la Corredera de Córdoba vuelve a lucir limpia de deterioro y grafitis

Desde este viernes la plaza presenta los efectos de un trabajo que le ha devuelto el esplendor a todo el conjunto. El proyecto tenía que actuar en la zona baja, la más expuesta a los efectos del deterioro. La alta, al estar cuidada por los vecinos cuyas ventanas dan a la Corredera, no presentaba estos problemas.

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Rafael Carmona

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Y eran tres. Por un lado, la pintura mostraba señales de humedad como consecuencia de la capilaridad, ya que la llegaba del suelo se filtraba hasta los pilares. Por eso afectaba a la pintura.

Otra parte del deterioro procedía de los efectos involuntarios de su uso y por eso se notaban en los pilares y junto a los arcos las señalas de las mesas y sillas apiladas. Era la consecuencia de la activa hostelería de la zona, que deja las huellas de su trabajo en la Corredera.

La parte en la que más insiste el Ayuntamiento es la tercera, la de los grafitis y pinturas que dejan desconocidos y que afean una plaza protegida como Bien de Interés Cultural. Por eso el Gobierno municipal insiste en que en el futuro se podría procesar a los autores, cuando se encuentren, por un delito contra el patrimonio.

Las huellas del esprái se han eliminado ya gracias a una nueva pintura que ha encontrado el Ayuntamiento. Desde la restauración que se llevó a cabo entre 1999 y 2000, la plaza de la Corredera pasó de estar en ladrillo visto a enlucirse con estuco, según los restos que se hallaron y que indicaban que sus colores originales eran los que ahora tiene. El estuco es una pintura de gran calidad que tiene un coste acorde con su valor, pero también un procedimiento para aplicarse muy especializado y laborioso.

Ahora el Ayuntamiento ha encontrado un tipo de pintura que da un resultado muy parecido en lo estético, pero que se puede aplicar con mayor sencillez, y por lo tanto también con rapidez. Así, en el caso de que en el futuro vuelvan a aparecer se podrán eliminar con mayor facilidad que hasta ahora y desde luego en un tiempo mucho menor.

El protocolo para eliminar los grafitis y restos de actos vandálicos, que suelen producirse de noche en un entorno muy amplio y abierto, ha contado además con la autorización de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, encargada de la salvaguarda de un bien patrimonial tan relevante como la plaza, construida a finales del siglo XVII y considerada desde entonces como la más emblemática de la ciudad.

Este protocolo, que debe entenderse como una fase diferenciada e independiente de la próxima restauración de los soportales, consistirá, además de en la eliminación de grafitis, en la limpieza y desinfección con agua y detergentes neutros de los soportales.

El Ayuntamiento proseguirá los trabajos de rehabilitación con la licitación de una nueva fase de rehabilitación de la plaza, por un importe de 250.000 euros, al tiempo que desarrollará las correspondientes actuaciones que la vigente normativa pone en sus manos para prevenir y limitar nuevos actos irresponsables y vandálicos.

El Gobierno municipal insistió en recordar y solicitar «la necesaria colaboración de hosteleros, residentes, visitantes y ciudadanía en general» para conseguir erradicar unos actos que no sólo representan una pesada carga económica para la ciudad, sino que dañan su imagen y constituyen un delito contra el patrimonio.