La Orquesta de Córdoba, el reto futuro de mejorar la vida de la gente a través de la música

Al igual que en el caso de Leo Brouwer, Alfonso Osuna fue una pieza clave desde 1992 hasta su destitución en 2012. Fue sustituido por Jordi Tort, que apenas estuvo unos meses en el cargo. La siguiente persona es ostentar la responsabilidad fue Ramón López, gestor muy conocido en la cultura cordobesa, y posteriormente y durante seis años Estefanía Montes. El último relevo se produjo el pasado abril, cuando el Consorcio de la Orquesta de Córdoba designó como nuevo gerente al jiennense Daniel Broncano.

Carlos Domínguez-Nieto explica sobre la Orquesta de Córdoba que uno de sus sellos de identidad ha sido desde sus inicios la apuesta por el repertorio español. «Yo diría que no hay ninguna orquesta de nuestro país que haya estrenado tantas obras de compositores españoles como la de Córdoba», dice.

También él se ha implicado en ello, con un proyecto muy singular que le está permitiendo rescatar las partituras de zarzuela relacionadas con Córdoba que estaban olvidadas en los archivos de la Sociedad General de Autores. Por ahora se han recuperado 'El patio de los naranjos', 'La chiquita piconera' o '¡Viva Córdoba!'. 

Domínguez-Nieto destaca la vocación didáctica que tiene la orquesta, con varios programas formativos vigentes, y la labor con los jóvenes del Conservatorio, que realizan sus prácticas en la Orquesta conociendo las diversas especializaciones. «Sus alumnos vienen a tocar con nosotros al igual que yo acudo a ellos», dice el director.

Sobre la apuesta de la formación por la música contemporánea, algo que empezó con Brouwer, el director sostiene que cuenta con un público proclive. «Si comparamos, creo que el público de Córdoba está especialmente preparado para escuchar música del siglo XX y del XXI», explica.

La única queja la pone Domínguez-Nieto en el tema del nuevo auditorio, hoy sin proyectar aún pero que considera necesario no sólo para la Orquesta, sino para multitud de montajes escénicos. «Serán varias generaciones las que disfrutarán del auditorio, que lo debemos construir pensando en nuestros hijos», señala.

El gerente de la Orquesta, Daniel Broncano, explica por su parte que estos 30 años han sido solo el inicio. «Tenemos que mirar hacia adelante y cumplir muchos años más», afirma. También cree que la Orquesta afronta tras la pandemia una nueva etapa que considera ilusionante: «Mi idea es que nuestra misión no es solo hacer los mejores conciertos posibles para que los disfrute el máximo número de personas que podamos, sino un objetivo fundamental: mejorar la vida de la gente a través de la música».

Considera que también hay que seguir trabajando, y no sólo en lo que se refiere a los ciclos didácticos, sino consiguiendo que la divulgación esté en todo lo que se haga. De ahí viene la idea de ofrecer antes de los conciertos encuentros, en los que el público y los artistas rompen las barreras convencionales.

Lo que pretende Broncano es que la Orquesta «no se 'musealice', sino que sea cercana en una época en la que la naturalidad es un valor importante». «Tenemos que alejarnos de tonterías y mostrar la música sin celofán y como lo que es en realidad: una fuerza renovadora», concluye.