Juan Rodríguez Aguilar: «Ser cofrade tiene el significado de servir y no de servirse»

-¿Qué piensa uno cuando es Cofrade Ejemplar?

-Si le digo la verdad es difícil de explicar y de encajar. Piensas que se han equivocado, que esa distinción no la mereces, que uno no ha hecho nada especial para ello; sólo querer a nuestra Semana Santa y hacer por ella todo lo que ha podido. No me queda más que agradecérselo a todos. Nunca habría podido imaginar que pudiera suceder. Me han dado un empujón para seguir adelante en este mundo, y con más ganas de hacer cosas.

-¿Impone la palabra ejemplar?

-En este mundo cofrade siempre hay gente con ganas de dar su tiempo desinteresadamente por hacer cosas. Es un mundo que debería estar colmado de valores, que nos debe de llenar de emociones y vivencias, de hacernos mejores personas. Si no fuera así, esta forma de vivir estaría vana y no tendría sentido. Ser cofrade tiene el significado de servir y no de servirse, aunque de esto último encontramos siempre ejemplos, por desgracia.

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-¿Pensaba que iba a dejar tanta huella en el mundo de las cofradías?

-No creo que haya dejado ninguna huella. He intentado ser honesto con los demás y con mis principios teniendo siempre clara mi responsabilidad dentro del cargo. He luchado por los principios de trabajo, lealtad , compañerismo, amistad, a veces sufrimiento, disciplina y trabajo bien hecho.

-Siempre ha trabajado para que los costaleros se integren en la vida de las cofradías como los cofrades que son. ¿Qué cree que pueden aportar?

-Muchísimas, infinidad de cosas. Siempre he intentado luchar por una cuadrilla integrada, de hermanos que trabajen por su cofradía. Siempre he estado orgulloso de las cuadrillas que he tenido la suerte de mandar. Hay que buscar conseguir una familia.

-¿Cree que pueden ser un problema, como piensan algunos?

-Al mundo del costalero tenemos que cuidarlo siempre y hacerles ver que son uno más dentro de esta Semana Santa, que a pesar de todo son necesarios, pero no únicos ni imprescindibles. En las cuadrillas sólo unos pocos pueden llegar a destruir el buen trabajo de la mayoría y eso no lo deben consentir los capataces.

- ¿Veremos a San Álvaro de Córdoba como patrón de los costaleros? Por su esfuerzo no quedará.

-Los que me conocen que cuando me propongo algo soy buen legionario y cabezón. Ahora bien, ¿querrán los costaleros que lo sea? Creo que sí, cuando reciban la información necesaria. Tenemos la gran suerte de haber nacido en la tierra donde San Álvaro vivió y nos trajo el primer vía crucis de occidente. Cargó con el mendigo, que luego se convirtió en el Cristo. Luego, ¿quién nos puede quitar que sea nuestro patrón si apreciamos que fue el primer costalero llevando al mismísimo Cristo sobre su cerviz? Ahí lo dejo, pero todo dependerá del apoyo que reciba del mundo de las trabajaderas.

-¿Reza un capataz cuando está al frente de la cuadrilla?

-El cristiano debe rezar siempre que la responsabilidad del momento se lo permita. Siempre hay un momento para dar las gracias a Dios por todo lo que nos pasa a diario o pedir ayuda.

-Usted destaca por su compromiso social. ¿Cree que falta?

-No lo hago por servir de ejemplo a nadie, aunque si me gustaría que la sociedad se implicara más con el prójimo. A veces podríamos hacer mucho más de lo que hacemos y darle menos publicidad al exterior. Todo depende de la conciencia de cada uno.

-¿Echará de menos a los legionarios junto al Señor de la Caridad el Jueves Santo? ¿Tendrá solución el problema en el futuro?

-Me dolería muchísimo que esta vinculación se perdiese, aunque creo que eso nunca llegará a suceder, como legionario y como capataz que he sido del Cristo de la Caridad. La hermandad tomará la mejor decisión, pero estoy plenamente convencido que los lazos que unen a las dos instituciones nunca se romperán. La solución sería muy fácil si la hermandad pudiera sufragar el gasto del desplazamiento.