PASAR EL RATO
Aparta este cáliz
La Semana Santa tiene color, tiene olor, tiene tacto, tiene vista. En ella se entra y se permanece, incluso sin pretenderlo
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A Miguel Ángel de Abajo. Le prometí este artículo el día que ABC presentó 'Pasión en Córdoba'
Llueve sobre la Semana Santa cordobesa, porque el Dios grande del Sinaí ha dispuesto que llueva hoy sobre la Semana Santa cordobesa. Y ... cuando esa Voz inflexible ordena a la lluvia que caiga, el sol se asusta y se esconde, las nubes se oscurecen, «la tierra tiembla, los montes se desgajan». Mientras, el Dios humilde del Calvario espera en su templo a que escampe, desangrándose en silencio por todas sus heridas. Padre, aparta de Córdoba este cáliz de la lluvia en Semana Santa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Llueve sobre la Semana Santa cordobesa y llora en mi corazón, se dicen los nazarenos más jóvenes. Los más viejos vienen llorados de años anteriores y suspiran sin gemido. Venga a nosotros tu lluvia y que nuestros ojos estén a la altura de tu dolor. Cofradías de lluvia, cofradías, dolorido sentir de eternidad, que han hecho de la fe una larga constancia. Una vez más, sin haber recorrido el camino han llegado a la meta. Llueve sobre la esperanza, que mantiene los cirios encendidos. No os aflijáis por Mí.
Quitaos el cubrerrostro y dejad que la lluvia os moje la cara, como cuando erais niños y formabais parte del reino de los cielos. Venid, benditos de mi Padre, caminemos juntos por vuestra estación de penitencia interior. Yo estoy con vosotros mientras cae la lluvia. Ni todo el Diluvio Universal podría impedir que resucitéis conmigo, porque es grande vuestra fe. Aquí seguimos, Señor, hechos de lluvia y de fe. Arrebujada en su manto de tristeza, la Dolorosa de lluvia calla y mira. Haced lo que Él os diga. Cáliz de lluvia en Córdoba, ego te absolvo. Es que no soy creyente, Señor. Eso es lo que tú crees, hijo. Deja que lo decida Yo, que sé leer entre líneas.
La Semana Santa de Córdoba tiene color, tiene olor, tiene tacto, tiene vista. En ella se entra y se permanece, incluso sin pretenderlo. La Semana Santa de Córdoba entra por los ojos y por las yemas de los dedos, si se acarician suavemente los pasos. La Semana Santa de Córdoba es un paisaje donde se acomoda Dios. Los cordobeses suben a la gloria a hombros de costaleros, que están acostumbrados a levantar el Paraíso. Aquí no hace falta tener fe para guardar respeto de lo que debe ser respetado, aquí hay estilo. En la Semana Santa de Córdoba están las respuestas a las preguntas de todo el año, y algunas respuestas más que no necesitan pregunta. Padre, perdónanos, porque sí sabemos lo que hacemos. No estéis tan seguros de saber, no sobrevaloréis vuestras miserias.
Lluvia bendita de Córdoba, salivilla de Dios para curar la herida del costado. Córdoba para creer. Porque Él lee entre líneas y sabe esperar.
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