El ministro principal del Peñón, Fabian Picardo, aseguró la semana pasada durante su tradicional discurso de Año Nuevo, que el acuerdo está «muy muy cerca», eso sí, dejando claro que únicamente si se aceptan las condiciones que Gibraltar ha puesto sobre la mesa con el beneplácito de su metrópolis, Reino Unido, pero también verbalizó que si no se sella el pacto, «será duro».
Complejidad técnica
«Las fases finales de cualquier negociación requieren paciencia y calma estoica. Estamos muy, muy cerca de un acuerdo, pero algunos aspectos de esta negociación tienen una gran complejidad técnica. Puede haber implicaciones para la soberanía en algunos detalles. (...) A medida que han ido avanzando las negociaciones hemos progresado mucho y hemos propuesto soluciones que protegen la seguridad de Schengen y la integridad del Mercado Único. Nuestras propuestas también protegen nuestras posiciones fundamentales y si son aceptadas, podemos sellar un trato mañana».
Al respecto, reconoció que está «impaciente», por una resolución «positiva. Sé lo importantes que son estos acuerdos para Gibraltar y lo urgente que es para algunos la fluidez prometida —en la Verja—, sobre todo para los trabajadores transfronterizos residentes en el Campo de Gibraltar, pero también sé que nunca cederé en los principios fundamentales. Si no hay acuerdo será duro, pero una ausencia de acuerdo sería mejor que un acuerdo que comprometa nuestros principios fundamentales».
Picardo, que también anunció que éste será su último mandato, reconoció que si se firma el tratado, Gibraltar deberá incorporar partes de la normas europeas «que nunca tuvimos que aplicar cuando éramos miembros de la UE, pero no de Schengen ni del Mercado Único. Supondrá la introducción de nuevas disposiciones en materia de inmigración que ofrezcan la máxima fluidez en la Verja y un impuesto sobre las ventas».
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