primer día de juicio por la herencia
Los hijos de la «Duquesa Roja» reclaman su parte de la Fundación Medina-Sidonia
«Mi madre dejó claro que iba a intentar putearnos todo lo que pudiera» dijo el hijo menor de Luisa Isabel Álvarez de Toledo
Los hijos de la «Duquesa Roja» reclaman su parte de la Fundación Medina-Sidonia
El duque de Medina Sidonia, Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo , ha defendido este miércoles como «una obligación moral» reclamar como su herencia los fondos que su madre donó a la Fundación Casa Medina-Sidonia y que han conservado por ... siglos 27 generaciones de su familia. .«Es una ruptura antropológica», ha afirmado el duque en el juicio que se ha iniciado el juzgado de primera instancia número 1 de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y en el que los tres hijos de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, la «Duquesa Roja», reclaman sus partes legítimas sobre los bienes con los que la aristócrata constituyó en 1990 esta fundación.
En juego está el Palacio de los Guzmanes de Sanlúcar de Barrameda, sede de la Fundación, que incluye como su «joya» un archivo con más de seis millones de documentos (el más antiguo del siglo XII) considerado como el más importante de Europa y como un referente para los historiadores. Unos bienes catalogados como Monumento Nacional y como Bien de Interés Cultural . La primera sesión del juicio ha servido para enfrentar las dos versiones que se dirimen en esta complicada batalla legal que durará catorce sesiones.
La del duque de Medina Sidonia y sus hermanos, que defienden que su madre se excedió al donar un patrimonio que debía entrar en su herencia, y la de Liliane Dahlmann, viuda de la «Duquesa Roja», con la que convivió 25 años hasta su muerte , cuando fue nombrada presidenta vitalicia de la Fundación. Ella ha explicado en el juicio que se trata de «respetar la voluntad de una persona» que «desde siempre» quiso constituir esta fundación para que sirviera «al conocimiento de la sociedad».
«Putearnos todo lo que pudiera»
«Era un pensamiento que no iba contra nadie», ha subrayado antes de confesar, a preguntas de los abogados, que quería «privar» de las posibles intenciones de sus sucesores de vender estos fondos. La disputa legal sobre este patrimonio incluye también las escasas y complicadas relaciones que los tres hijos de la duquesa mantuvieron desde pequeños con ella - «mi madre dejó claro que iba a intentar putearnos todo lo que pudiera», ha dicho a los periodistas Gabriel González- y con su pareja, a la que también reclaman la venta de una parcela y de una casa en la costa de Zahara de los Atunes , que, según Liliane Dahlmann, compraron a medias.
Liliane Dahlmann, viuda de la «Duquesa Roja», Luisa Isabel Álvarez de Toledo
El duque de Medina Sidonia ha opinado que la constitución de la fundación fue «una reacción» de su madre ante los pleitos que le habían planteado sus dos hermanos por otras cuestiones hereditarias. Ha defendido que reclamar su parte en la propiedad de los fondos y bienes de la fundación «no tiene nada que ver» con que se mantengan sus fines sociales y culturales. Estos son «casi como un factor genético» de su linaje, ha asegurado.
Ha contado también que como vocal del patronato de la fundación nunca mostró su disconformidad con la donación de los bienes a la fundación porque era «la libre voluntad» de su madre y de haberlo hecho esta «hubiera montado en cólera». En 2003 decidió dimitir de este puesto cuando se dio cuenta de que su posición en él era «totalmente instrumental», «haciendo de pantalla para disimular que los herederos estaban de acuerdo con una situación inaceptable », cansado del «trato vejatorio» que le daba la pareja de su madre y cuando comprobó que el patrimonio de su madre «se estaba esfumando».
Asegura qu e su madre vendió varias fincas y propiedades , con los que pudo obtener «varios millones de euros», para sufragar las obras de restauración del palacio y el mantenimiento de la fundación. El duque ha contado que en familias como la suya «no se habla de dinero» y hubiera sido «una ordinariez» preguntar por un testamento.
En el último testamento de su madre, en 2000 los fondos y bienes de la Fundación no estaban
Por eso no conocía que en el último testamento de su madre , en 2000, ocho años antes de su muerte, los fondos y bienes de la Fundación no estaban incluidos porque la «Duquesa Roja» tenía «bastante claro» que ya no eran patrimonio de la familia sino públicos, de la Fundación, según ha explicado Liliane Dahlmann.
La voluntad de que esos bienes no pudieran ser vendidos era tal, según ha contado su viuda, que en los estatutos de la Fundación se prohíbe, y por eso la institución se ha negado a las peticiones que ha habido en el proceso para valorar unos bienes que «no están en el mercado de valores».
Haber accedido a esas valoraciones hubiera sido «abrir la puerta» a que «tuvieran un fin pecuniario», ha dicho la viuda de la Duquesa Roja, que ha asegurado que la aristócrata «nunca se hubiera imaginado» que las albaceas de su testamento, Urquiola de Palacio y Carmen Olías, «iban a traicionar su voluntad» en este proceso.
Liliane Dahlmann ha contado que la duquesa pagó de su bolsillo desde 1983 y hasta 2007 el salario que ella recibió, y por el que no cotizaba, por el trabajo que realizaba en el palacio ducal, en el que comenzó a ayudar a su pareja a «poner un poco en orden un edificio que estaba en ruinas» . Y ha negado, como sostienen los hijos de la duquesa, que ella viviera del patrimonio de su pareja. «Habíamos formado una vida en común», subrayó tras contar que varias veces tuvo que apoyar con su dinero a la aristócrata para afrontar los gastos de la fundación. El juicio continuará este jueves con la declaración de Gabriel y Pilar, dos hijos menores de la duquesa.
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