Los andaluces apoyan la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres pero desdeñan el feminismo de nuevo cuño

Son las principales conclusiones del bloque especial sobre los actos reivindicativos del 8 de marzo que incluye la nueva entrega de este estudio que elabora el Centra, el denominado 'CIS andaluz'. Con una muestra nada menor. Para el barómetro de marzo esta institución, dependiente de la Junta de Andalucía, ha realizado 3.600 entrevistas, hechas entre el 7 y el 21 del mes pasado.

Es decir, en plenas celebraciones del 8M o en su subsiguiente resaca. Pero también cuando más en boga han estado los denominados «efectos indeseados» de la ley de Libertad Sexual emanada del Ministerio de Igualdad, más conocida como ley del 'sólo sí es sí'. Y cuya principal consecuencia, incluso a día de hoy, dado que todavía no ha salido adelante su reforma, es la rebaja de condenas a cientos de agresores sexuales y la puesta en libertad de un buen número de ellos.

Además de las clásicas preguntas en torno a la intención de voto (ver información de la siguiente página) o los principales problemas a los que se enfrentan actualmente los andaluces, el barómetro de marzo del Centra pregunta esta vez tanto sobre el feminismo y el 8M como en torno a las perspectivas en torno a la conciliación.

El paro sigue siendo el mayor factor de preocupación para los encuestados. Con enorme diferencia. Un 57,4% de ellos dice que la falta de empleo es el mayor problema de Andalucía. Mucho más atrás queda la inflación y la pérdida de poder adquisitivo (con un 9,6%), la insatisfacción con la política y la corrupción (3,3%) o el estado de la sanidad (2,9%). Llama la atención, sin embargo, que cuando se pregunta cuál es el problema que más afecta personalmente, la cifra de preguntados que cita el desempleo baja al 33,7%. Y sin embargo, la inflación crece hasta el 18,7%.

En estas preguntas, comienza ya a verse que la preocupación por la discriminación de la mujer es en Andalucía irrisoria. Sólo un 0,1% de la población dice que es un problema en la comunidad y, metidos en si les afecta personalmente, el problema queda como inexistente.

Los andaluces consideran a la familia como la cuestión que más les importa actualmente, por encima de la salud, el trabajo o el dinero, y conceden una gran importancia a poder concialiar su vida laboral con la personal. No llega a un 20% de la población la que no da trascendencia a esta cuestión. Los horarios laborales, la falta de leyes o la escasez de medios económicos son los obstáculos principales que los andaluces encuentran para poder conciliar.

Y es aquí donde ya se empieza a ver la brecha en cuanto a la concepción de cómo ha de articularse la igualdad entre hombres y mujeres. Porque los andaluces sí creen mayoritariamente en la necesidad de defenderla. De hecho, un 53,6% de los preguntados entiende como tal el feminismo. Ni más ni menos. Eso, frente a un 11,8% que creen que es la lucha «contra el poder de los hombres«.

No se niega la realidad. Y se asevera de manera bastante tajante (lo hace un 54,9%) que a la hora de conciliar vida familiar y laboral no lo tienen igual las mujeres que los hombres. Además de que son ellas las que sacrifican más de su vida por tener que hacerse cargo de tareas que se corresponden con la familia.

Por ello, resulta manifiesto el apoyo que los encuestados por el Centra dan a la existencia de cuotas obligatorias ya no sólo en ámbitos como el de la política, sino en de los consejos de administración de las empresas. Casi un 60% de los andaluces lo estima entre «muy bien» y «bien», frente a sólo un 10,2% al que le parece mal esta medida, impulsada desde Bruselas y que se hará realidad pronto en España.

Lo mismo ocurre cuando se pregunta si necesitamos leyes que garanticen la igualdad. Un 22,4% de los encuestados dice que no, frente a un aplastante 75,7% que está a favor. Porque otro mayoritario 68% cree que efectivamente no existe actualmente una igualdad real entre hombres y mujeres.

Es decir. Que los andaluces, de forma mayoritaria, reivindican la necesidad de avanzar en los derechos de las mujeres y no niegan que hay barreras aún por romper. Pero no comulgan con determinadas cosas. Pues de forma muy gráfica la encuesta refleja que casi un 48% de los preguntados se siente «menos feminista que hace cuatro años« o directamente »nunca« se ha considerado feminista. Sólo a un 23,3% le ha crecido en los últimos tiempos ese sentimiento 'morado'.

¿Qué está pasando entonces? «Esto puede tener mucho que ver con las políticas que se nos han vendido desde el Gobierno central sobre la igualdad». Lo afirma Mariela Checa, decana de los psicólogos de Andalucía Oriental y exdirectora del Instituto de la Mujer. «Se han ido repitiendo posicionamientos muy extremos en determinadas cosas y eso ha polarizado la opinión de la población», añade.

En efecto, es lo que parece destilarse del estudio. Pues hay un 26,3% de los encuestados que dice directamente que cuando oye hablar de feminismo, le produce «rechazo». Más un 26,6% «ansiedad o preocupación«, frente a un 27,8% al que le provoca »tranquilidad«. El 47,5% dice sentirse »poco« o »nada« identificado con las reividicaciones del 8 de marzo. »La política de la igualdad, desde el ministerio del mismo nombre, se ha basado últimamente en la culpa del hombre, y eso condiciona la opinión de la población«, prosigue la psicóloga, en declaraciones a ABC.

Es algo que puede explicar otro de los contundentes datos que arroja el Centra: el 51,2% de los encuestados cree que el movimiento feminista ha tenido como consecuencia que los hombres sean tratados de forma injusta. Y nada menos que el 80,2% está directamente en contra de que se considere que los hombres son la principal causa de desigualdad de las mujeres. «En efecto, donde tenemos que poner el foco es en desculpabilizar al hombre como tal. La igualdad es algo que nos atañe a todos y todos tenemos que ser agentes activos al luchar con ella«, remacha Checa.

Pero tendría que ser de otra forma. O al menos así se destila en la encuesta. Porque, ya para terminar, un 53,9% de la población no cree que el feminismo esté ahora respondiendo a las demandas actuales de las mujeres.