Aferrados a las embajadas
Algunos de los muchos embajadores «políticos» nombrados por Zapatero se resisten a abandonar su puesto
LUIS AYLLÓN
Hace aproximadamente un mes, la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) hizo público un comunicado en el que expresaba su malestar por el abuso del Gobierno en el nombramiento de embajadores «políticos», es decir de jefes de misión, que no son miembros de la Carrera Diplomática. ... A esa práctica se añade ahora que muchos de los que fueron nombrados embajadores se resisten a abandonar el cargo sin antes tener asegurado un nuevo destino.
Desde que Zapatero llegó a La Moncloa, lo que había sido una actitud excepcional en gobiernos anteriores, tanto socialistas como populares, dejó de serlo, para convertirse en una práctica frecuente. Si antes solo había dos o tres embajadores «políticos», ahora se alcanza casi la decena.
Según la ADE, que agrupa al 70 por ciento de los diplomáticos, «no hay razones objetivas» para esa proliferacón, que, en su opinión supone un perjuicio para los diplomáticos de carrera, debilita la profesionalización de la Administración e incrementa los gastos de personal en Exteriores.
Así, por ejemplo, el actual embajador en Argentina, Rafael Estrella, ex portavoz del PSOE en el Congreso, y que fue nombrado en diciembre de 2006, ha conseguido evitar ser sustituido por Javier Elorza, como tenía previsto Moratinos y espera poder seguir hasta el final de la legislatura. Ello ha obligado a cambiar los planes de nombramientos. Elorza irá ahora India, mientras Jorge Domecq, actual director general de Asuntos Multilaterales, que había sonado para ese país, será el nuevo embajador en Filipinas. Luis Arias dejará Manila para ser nombrado embajador en Corea del Sur, en sustitución de Juan Leña.
En Paraguay, Miguel Cortizo, destacado militante socialista gallego, designado en 2007 embajador, se resiste también a dejar el cargo hasta que se confirme su nombramiento como delegado del Gobierno en Galicia o como subdelegado en alguna de las provincias de la comunidad. Cortizo fue nombrado tras haber sido embajador en misión especial para la Coordinación de las Relaciones con las Comunidades Españolas en Iberoamérica, puesto desde el que, según el PP, trató de influenciar en los votos de los emigrantes españoles de la región.
Pendiente
De la salida de Cortizo estaría pendiente el nombramiento, para sustituirle en Asunción, de Juan Fernández Trigo, herido durante el terremoto de Haití, donde era embajador. Su vacante en ese país podría cubrirla Manuel Hernández Ruigómez.
De igual modo, las expectativas de futuro influyen en el posible relevo del socialista Francisco Vázquez al frente de la Embajada ante la Santa Sede. Vázquez, nombrado en febrero de 2006, es uno de los aspirantes a Defensor del Pueblo y, en tanto no se haya despejado esa incógnita, no quiere dejar la representación diplomática, lo cual, según algunas fuentes, frena el posible nombramiento para ese puesto de María Jesús Figa, que cesó como subsecretaria de Exteriores hace ya más de tres meses.
Quien si consiguió su objetivo fue el ex ministro de Industria y ex alcalde de Barcelona, Joan Clos, quien tras dos años y medio en Turquía ha sido nombrado director ejecutivo de ONU-Habitat, con sede en Kenia.
MADRID
Hace aproximadamente un mes, la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) hizo público un comunicado en el que expresaba su malestar por el abuso del Gobierno en el nombramiento de embajadores «políticos», es decir de jefes de misión, que no son miembros de la Carrera Diplomática. A esa práctica se añade ahora que muchos de los que fueron nombrados embajadores se resisten a abandonar el cargo sin antes tener asegurado un nuevo destino.
Desde que Zapatero llegó a La Moncloa, lo que había sido una actitud excepcional en gobiernos anteriores, tanto socialistas como populares, dejó de serlo, para convertirse en una práctica frecuente. Si antes solo había dos o tres embajadores «políticos», ahora se alcanza casi la decena.
Según la ADE, que agrupa al 70 por ciento de los diplomáticos, «no hay razones objetivas» para esa proliferacón, que, en su opinión supone un perjuicio para los diplomáticos de carrera, debilita la profesionalización de la Administración e incrementa los gastos de personal en Exteriores.
Así, por ejemplo, el actual embajador en Argentina, Rafael Estrella, ex portavoz del PSOE en el Congreso, y que fue nombrado en diciembre de 2006, ha conseguido evitar ser sustituido por Javier Elorza, como tenía previsto Moratinos y espera poder seguir hasta el final de la legislatura. Ello ha obligado a cambiar los planes de nombramientos. Elorza irá ahora India, mientras Jorge Domecq, actual director general de Asuntos Multilaterales, que había sonado para ese país, será el nuevo embajador en Filipinas. Luis Arias dejará Manila para ser nombrado embajador en Corea del Sur, en sustitución de Juan Leña.
En Paraguay, Miguel Cortizo, destacado militante socialista gallego, designado en 2007 embajador, se resiste también a dejar el cargo hasta que se confirme su nombramiento como delegado del Gobierno en Galicia o como subdelegado en alguna de las provincias de la comunidad. Cortizo fue nombrado tras haber sido embajador en misión especial para la Coordinación de las Relaciones con las Comunidades Españolas en Iberoamérica, puesto desde el que, según el PP, trató de influenciar en los votos de los emigrantes españoles de la región.
Pendiente
De la salida de Cortizo estaría pendiente el nombramiento, para sustituirle en Asunción, de Juan Fernández Trigo, herido durante el terremoto de Haití, donde era embajador. Su vacante en ese país podría cubrirla Manuel Hernández Ruigómez.
De igual modo, las expectativas de futuro influyen en el posible relevo del socialista Francisco Vázquez al frente de la Embajada ante la Santa Sede. Vázquez, nombrado en febrero de 2006, es uno de los aspirantes a Defensor del Pueblo y, en tanto no se haya despejado esa incógnita, no quiere dejar la representación diplomática, lo cual, según algunas fuentes, frena el posible nombramiento para ese puesto de María Jesús Figa, que cesó como subsecretaria de Exteriores hace ya más de tres meses.
Quien si consiguió su objetivo fue el ex ministro de Industria y ex alcalde de Barcelona, Joan Clos, quien tras dos años y medio en Turquía ha sido nombrado director ejecutivo de ONU-Habitat, con sede en Kenia.
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