Zapatero renuncia a mediar ante Rabat y endosa a Moratinos la solución del caso
Miguel Ángel Moratinos; su jefe de gabinete, Agustín Santos; Pedro Zerolo y ayer Elena Valenciano. Espectacular despliegue, monumental ridículo de la Diplomacia española y rocambolesco proceso negociador que, inexplicablemente, han llevado al alimón el Ministerio de Asuntos Exteriores y el PSOE, mientras Zapatero procura no ... salir en la foto y que no le salpiquen las consecuencias del prolongado ayuno de Aminatu Haidar, que hoy entra en su decimoveno día.
Cuatro interlocutores para intentar buscar una solución y cuatro fracasos sonados. La saharaui se mantiene firme en sus tesis: que la devuelvan a El Aaiún (de donde España jamás debería haber permitido que saliera y menos sin pasaporte y en un vuelo de una compañía española) y que la reintegren los mismo documentos de identidad que le arrebataron, posibilidad que Marruecos descarta.
Zapatero se esconde
PSOE y Gobierno se rinden. Se han quedado sin ideas. Ahora lo fían todo a una hipotética intervención del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Y, por si acaso, Zapatero se borra oficialmente de un asunto que puede desgastar su imagen de forma escandalosa. Ayer descargó toda la «responsabilidad» en Moratinos del que dijo estar convencido de que encontrará una solución. Declaración que realizó durante una rueda de prensa conjunta con el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek,
Lo malo es que ha quedado comprobado que Marruecos le toma el pelo a Moratinos. Verificado que Haidar , pese a su extrema debilidad, no tuvo empacho en despreciar la «nacionalización-exprés» que tan magnánimamente le ofreció el ministro . Y se ha confirmado que Zerolo viajó hasta Lanzarote con el encargo de intentar apaciguar a los artistas de la «zeja», más que de convencer a la huelguista.
Con estos antecedentes, le correspondió ayer el turno de sumarse al desvarío en que se ha convertido este caso, a la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano. Mantuvo una reunión a solas con el presidente de la Cámara de Consejeros de Marruecos, el equivalente español al Senado, Mohamed Cheij Biadillah.
Al concluir la cita, dio mucha pena la congoja de Valenciano al asegurar que: «No vemos ni una rendija abierta». Pero sobre todo ofreció una imagen bastante patética cuando narró cómo reconvino al político marroquí: «Le he dicho que España no se merece este trato porque el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha trabajado para recuperar una buena relación con Marruecos, que había quedado muy dañada tras el gobierno de Aznar».
La misma delegación marroquí se reunió por la tarde en la sede del PP con el responsable de Relaciones Internacionales de este partido, Jorge Moragas, que mantuvo la semana pasada un encuentro con el delegado del Frente Polisario en España, Mohammed Haddad. En declaraciones a la prensa, Moragas quiso diferenciar de forma clara lo que es el contencioso de Sáhara -donde el PP mantiene la que ha sido posición histórica de España respecto a la neutralidad activa- de la situación de Haidar, que pudo entrar a nuestro país «por una autoviolación de la Ley de Extranjería», dijo el dirigente popular, puesto que se le permitió la entrada a España sin pasaporte. Moragas puntualizó que la intención de su partido «no es sustituir al Gobierno», aunque sí instarle a que cumpla la Ley. «Tiene un problema porque ha hecho dejación de sus responsabilidades como Gobierno».
La delegación marroquí le dijo que todo responde a «una estrategia del Polisario para presionar» y, entre otras cosas, argumentó que Haidar no había nacido en el Sáhara. El interlocutor popular les respondió que «no vamos a hacer de esto una cuestión contra Marruecos», pero expresó su deseo de que la activista saharaui pueda reunirse con su familia «lo antes posible».
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