Zapatero acusó al PP en 1997 de «utilizar sin recato» el asesinato de Miguel Ángel Blanco
Según los archivos de Bono, el expresidente protestó en el PSOE por los homenajes al concejal de Ermua
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Iniciar sesiónEl archivo documental que el expresidente del Congreso de los Diputados José Bono ha hecho público esta semana contiene decenas de actas de las reuniones de la Ejecutiva Federal del PSOE entre los años 1995 y 1998 . Un periodo especialmente crítico ... para los socialistas, que abarca el ocaso de Felipe González como presidente del Gobierno tras perder las elecciones frente a José María Aznar, primero, y como secretario general del partido, después, puesto del que dimitió por sorpresa en el XXXIV Congreso Federal de 1997. Justo después de ese cónclave, del que Joaquín Almunia salió elegido secretario general con una dirección tan improvisada como renovada, un joven José Luis Rodríguez Zapatero, diputado entonces por León, se incorporó por primera vez a la cúpula de la formación.
Las actas incluidas en los ‘papeles de Bono’ reflejan las primeras intervenciones del que poco después se convertiría en secretario general socialista, tras el XXXV Congreso de 2000, y luego en presidente del Gobierno. No son muchas ni muy extensas, siempre a juzgar por la versión que recogen las actas levantadas de cada encuentro. Zapatero era entonces un parlamentario treintañero, absolutamente desconocido para la opinión pública y, como se desprende de sus palabras a puerta cerrada en la sede de Ferraz, muy atento a las cuestiones demoscópicas y de relación con los medios de comunicación, pese a que como secretario de la Ejecutiva Federal no tenía ninguna área específica asignada. Una de las primeras ejecutivas del nuevo equipo encabezado por Almunia se celebró el 21 de julio de 1997, apenas una semana después del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA.
En medio de la conmoción nacional por el crimen que acabó con la vida del joven concejal del PP en Ermua, después de tres días de angustiosa espera que movilizaron como nunca a la sociedad española contra los terroristas, la cúpula socialista debatía en aquel verano de hace un cuarto de siglo sobre la situación creada. Almunia hizo una larga introducción ante sus compañeros en la que se mostró favorable al «aislamiento» de Herri Batasuna , el brazo político de ETA que había vuelto a negarse a condenar el crimen. Si bien el entonces líder socialista expresó sus dudas sobre que esa actitud pudiera ser contraproducente a nivel social y su preocupación de que, incluso, pudiera provocar un «enfrentamiento ciudadano».
Acto seguido, según el acta de aquella reunión celebrada en la sede central del PSOE en Ferraz en el verano de 1997, intervinieron el entonces líder de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui, y Manuel Chaves, a la sazón presidente de la Junta de Andalucía. El primero, que era consejero de Justicia y Economía en el Gobierno de coalición con el PNV, que se rompería poco después, informó a sus compañeros de las dudas de los peneuvistas sobre ese aislamiento a los batasunos. Chaves, por su parte, se quejó de que «la ciudadanía no sabe que el alcalde de Ermua [Carlos Totorika] es del PSOE». El tercero en intervenir fue Zapatero, que señaló su preocupación por «la utilización política que se está haciendo del tema, el efecto en la opinión pública y su utilización sin ningún recato por el PP ». Algo para lo que, reflexionaba el entonces joven dirigente socialista, «el escenario mediático ha sido fundamental».
Protesta por los homenajes
Después de Zapatero, Jáuregui dijo estar de acuerdo en que se estaba produciendo una «explotación política y mediática por el PP» de la situación, al tiempo que criticó al PNV y alertó premonitoriamente de que «si se sigue en esta dinámica, el PSOE tendrá que replantearse la coalición». Almunia zanjó el asunto afirmando que «no vamos a actuar con ambigüedad».
Esa fue la última reunión de la dirección socialista antes de las vacaciones, pero con el comienzo del curso político en septiembre Zapatero volvió a la carga . En la reunión del dos de septiembre, la primera después del verano, el diputado por León intervino en una sola ocasión, y no fue para hablar de Educación, el asunto que junto a las elecciones gallegas convocadas para octubre centró el grueso de las intervenciones. Zapatero, tres años antes de convertirse en líder del partido y siete antes de llegar a La Moncloa, preguntó formalmente al secretario general si la Ejecutiva o el Grupo Parlamentario estaban al tanto de la «iniciativa de RTVE» para hacer un homenaje a Miguel Ángel Blanco o de la idea de crear una Fundación con el nombre del concejal del PP asesinado por ETA. El diputado por León, en la línea de su intervención en la Ejecutiva anterior en julio, denunció la «descarada utilización política que se está haciendo de este tema». Joaquín Almunia le contestó , informando que «no conocemos nada de ese tema, solo que se han recibido unas cartas, con entradas para asistir, pidiendo una aportación por entrada».
El 10 de septiembre de aquel año, ocho días después de la reunión ordinaria de la Ejecutiva del PSOE, se celebró en la plaza de Las Ventas en Madrid el concierto homenaje a Miguel Ángel Blanco con varios artistas, incluido el grupo Póker, en el que el joven concejal tocaba la batería. Su instrumento apareció en el escenario con la silla vacía. Un mes antes, Blanco había sido enterrado con sus baquetas.
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