Hablan los pioneros de la Constitución
Soledad Becerril: «ETA no ha sido derrotada, actualmente está en el poder con otro nombre»
Entró en política con la UCD de Suárez, fue la primera mujer que formó parte del Consejo de Ministros en la democracia, ha sido Defensora del Pueblo, alcaldesa de Sevilla... En su biblioteca, con la Constitución bien visible en la estantería, defiende la libertad

Es escueta, directa, enemiga de los eufemismos, suave en las formas y rotunda en el fondo. Soledad Becerril Bustamante fue elegida diputada en la primera legislatura democrática por la UCD, a la que había llegado desde la Federación de Partidos Demócratas Liberales. Entonces era ... profesora de filología inglesa en la Universidad de Sevilla, donde obtuvo plaza tras terminar sus estudios en la Universidad de Columbia. Nunca abandonó esa vocación, pero sus inquietudes políticas la acabaron llevando hasta el Congreso y Calvo Sotelo la nombró ministra de Cultura en 1981. Su biblioteca, donde concede esta entrevista, demuestra que aquella cartera le venía al dedillo. En sus estanterías hay mucha literatura británica, grandes clásicos españoles, poetas y, sobre todo, un ejemplar de la Constitución.
Usted fue diputada constituyente. A este paso, le acabarán exigiendo que pida perdón.
Aquello fue un gran pacto social, de convivencia, que supuso la reconciliación entre los españoles, algo que era difícil por el pasado que teníamos, que nos había dividido mucho durante largo tiempo. Me refiero no sólo a la «incivil» guerra, que dejó muy profundas heridas, sino también a que los siglos XIX y XX habían sido tiempos de inestabilidad, de cambios de régimen y falta de concordia y de entendimiento. Esto muy orgullosa de lo que hicimos.
Ahora hay quienes llaman «fachas» a los constitucionalistas.
La Constitución es la norma que a todos nos acoge y nos protege, a la que todos podemos apelar porque a todos nos defiende. En resumen, es un gran hecho histórico. El profesor Álvarez Junco dice que los últimos 50 años han sido los mejores en siglos. Lo mismo aseguran Santos Juliá, Juan Pablo Fusi, Carmen Iglesias ... La estabilidad que nos proporciona la Constitución nos ha permitido un enorme avance económico y social, educativo, sanitario y un largo etcétera. La Constitución es la mejor cobertura para la inmensa mayoría de los españoles.
Los políticos de aquella generación demostraron que era posible entenderse a pesar de las diferencias ideológicas. ¿Cómo lo hicieron?
Los que participamos en las cortes constituyentes tuvimos en las manos una obra inteligente y generosa que se hizo con la mirada puesta a largo plazo , que reconoce una amplitud de derechos y libertades, las libertades de todos los días. Merecía la pena el esfuerzo.
Una de las bases de la Constitución del 78 es el respeto a las instituciones del Estado. Ahora hay miembros del propio Gobierno que quieren derrocar la Monarquía.
La Monarquía parlamentaria es algo así como la clave de bóveda que sujeta todo el Estado de Derecho. Por eso es tan importante su mantenimiento. Ese Estado de Derecho se desarrolla con la separación de poderes, que garantiza la soberanía del pueblo . La Monarquía proporciona estabilidad a la Nación y es la imagen de España en el exterior, que es respetada y admirada.
¿Cuándo empezó a romperse el espíritu conciliador que inspira el texto constitucional?
Insisto en que fue una obra inteligente y generosa, las dos cosas por igual. La reconciliación fue un acto de enorme generosidad por todas las partes e inteligente porque se quiso dar puerta al pasado, evitar la confrontación porque se conocía bien el pasado. El texto es muy moderno, muy avanzado y muy garantista.
¿Y por qué está eso actualmente en discusión?
Todo el afán de derogar la Constitución y de acabar con la Monarquía parlamentaria es muy grave y supondría una regresión. Estamos viendo el ataque de grupos populistas que lo que quieren es la supresión de derechos porque desean que el poder se concentre en muy pocas manos, que son las que deciden qué es lo que se puede publicar y qué es lo que no, por ejemplo. Los populismos acaban siendo siempre regímenes autoritarios.
¿Cree que el Rey está amenazado por esos populismos?
El Rey Felipe VI ha sido quien con más ahínco ha salido en defensa del Estado de Derecho. Hace poco ha dicho que sin leyes no hay Derecho. Los populistas atacan su figura porque quieren una regresión, volver a la España del enfrentamiento, a una España donde se recorten los derechos, donde el poder se concentra en unos pocos.
Las acusaciones a Don Juan Carlos no cesan. ¿Ha actuado correctamente?
Firmé en agosto, con otras 250 personas, un documento defendiendo el papel del Rey Juan Carlos I en la democracia. Lo que ha significado la figura del Rey para la democracia española es impagable. Su papel ha sido fundamental desde el momento en que fue proclamado Rey y mostró su voluntad de caminar hacia la democracia. Eso tenemos que reconocerlo y valorarlo.
Ustedes eran profesionales de prestigio que llegaron a la política por vocación. Actualmente casi todos son hijos de los aparatos de los partidos. ¿Por qué ha bajado tanto el nivel?
Yo no quiero juzgar a la clase política porque un juicio general sería injusto. Pero escuché a la portavoz socialista ( Adriana Lastra ) decir que somos otra generación y ahora les toca a ellos. Yo le digo que la historia de una Nación merece un respeto. Los jóvenes deben mirar lo que hicieron los de ayer para preocuparse por los del mañana . Uno de los ponentes de la Constitución dijo que él trabajaba por España en su continuidad histórica. Eso es lo que todos tenemos que hacer.
Usted, que es de derechas, fue la primera mujer ministra de la democracia. ¿Cómo le sientan las lecciones de feminismo de la izquierda?
No me gustan las lecciones que pretenden darnos cada día algunas personas de la política de ahora sobre democracia o feminismo. No me gusta tampoco presumir de haber sido la primera ministra. Hay que darle menos importancia a eso porque forma parte de la evolución que hubo en España a partir de la Transición y la Constitución. Gracias a eso la mujer es hoy normal en la política y en las empresas y no hay que contar el número de mujeres que se sientan para ser más feministas. La Constitución establece que no puede haber discriminación por razones de sexo y que todos somos iguales ante la Ley.
La ministra de Justicia en el anterior gobierno es actualmente la fiscal jefe. El PSOE ha planteado cambiar el sistema de elección del Poder Judicial. ¿Qué le parece esta «extensión» del Poder Ejecutivo?
La separación de poderes es fundamental. Espero que eso se mantenga, que haya una autoridad con representatividad que defienda ese Estado de Derecho para que los gobiernos dejen de intentar entrometerse en el Poder Judicial. Eso sólo se da en los regímenes totalitarios.
Cuando era alcaldesa de Sevilla ETA mató a uno de los concejales de su gobierno, Alberto Jiménez-Becerril, y su esposa. Usted llegó cuando aún estaban los cadáveres en el suelo. ¿Se le viene esa imagen a la cabeza cuando ve el pacto del Gobierno con Bildu para los presupuestos?
En relación con este asunto sólo digo una cosa. ETA intentó acabar con la democracia y no lo consiguió, pero ETA no ha sido derrotada. Dejó la violencia, tuvo que renunciar a ella para convertirse en una fuerza política, pero está en varios gobiernos. Hoy negocia con el Gobierno cuestiones tan importantes como los presupuestos. ETA se ha visto forzada por las fuerzas de seguridad, por la sociedad y por la Justicia a abandonar la violencia, pero actualmente está en el poder con otro nombre y con otros instrumentos. No ha sido derrotada, tiene otra continuidad con unos propósitos de independencia.
Estamos hablando en castellano, Soledad. En unos años quizás no nos entiendan en Cataluña y en el País Vasco si prospera la «Ley Celaá».
El castellano es una de las cosas más importantes de España. Todo lo que sea minusvalorarlo va en contra de los intereses generales de los españoles, es nuestro gran tesoro incluso para las generaciones que se van al extranjero. Nosotros tenemos el gran tesoro de la lengua, que nos facilita la vida. Los jóvenes del futuro van a vivir en un mundo sin fronteras y el gran tesoro que tienen es su lengua propia. Reducirla es un disparate, me da pena por las generaciones más jóvenes porque disminuye sus posibilidades en lugar de ampliarlas. Pero esta es otra cesión a los grupos independentistas.
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