El separatismo evita la reprobación a Marlaska, satisfecho por su criba en la cúpula de la Guardia Civil

En el caso de De los Cobos, ha subrayado Iñárritu, merecía esa expulsión su actuación en el 1-O -donde ejerció como coordinador policial-, por aparecer en el caso Kitchen «como pagador», por «caza de brujas» y por «informes falsos» que en ocasciones filtró a la prensa, acusación esta última en la que el diputado ha abundado y que ya deslizó en su momento el propio ministro. Marlaska, no obstante, no estaba en el Congreso para escucharlo.

Debatía hoy la Cámara Baja la última oportunidad de reprobar a Marlaska por aquel episodio a propuesta de Ciudadanos, que ya en junio fracasó en el intento debido al rechazo de los socios de Gobierno y de todas las siglas que apoyaron la moción de censura. A falta de la votación mañana, ninguna ha cambiado de idea, de lo que se deduce que el titular de Interior sorteará mañana esa reprobación, como hoy ha hecho con las críticas de esos mismos que le han salvado mientras le reprochaban su anterior etapa como juez o su gestión actual en materia de presos de ETA o aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana.

En su turno, no solo Bildu, sino también el PNV y la representante de PDeCat han vuelto a mostrarse muy complacidos con la cadena de destituciones habida en el Instituto Armado meses atrás, lo que ha abonado una vez más la teoría de Cs, PP o Vox de que Interior actuó para dar satisfacción a estos nacionalistas. Fueron, ha zanjado el diputado de Ciudadanos Pablo Cambronero, «ceses puramente políticos», por los que el ministro, a su juicio, debería ser reprobado pero también «condenado por haber mentido en sede parlamentaria» sobre sus motivaciones. Más al extremo se ha movido el portavoz de Vox, Ignacio Gil, que ha zanjado que Marlaska debería ser censurado por «prepotente y sectario», pero también por «cobarde» en la medida en que calla «ante golpistas y bilduetarras».