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El Senado, ante su día más importante: «Es una gran oportunidad para demostrar que es útil»

Los cuatro últimos expresidentes de la Cámara Alta coinciden en que nunca antes se decidió allí algo tan importante como la aplicación del 155 en Cataluña

Juan Ignacio Barrero, Esperanza Aguirre, Juan José Lucas y Francisco Javier Rojo ABC
Enrique Delgado Sanz

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Cementerio de elefantes, centro de día de políticos caducados o salvoconducto para conseguir inmunidad con la Justicia. Estas son tres de las numerosas definiciones despectivas que ya están acostumbrados a escuchar los senadores. La Cámara Alta, cuestionada desde sus inicios, tiene en su mano, sin embargo, la solución para uno de los mayores problemas de los que ha tenido que afrontar España en décadas: tramitar, por primera vez y con Cataluña, la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

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Nunca antes el Senado había tenido tanto protagonismo y así lo confirman a ABC sus cuatro últimos expresidentes. Esperanza Aguirre (1999-2002), Juan José Lucas (2002-2004) y Francisco Javier Rojo (2004-2011) piensan igual que Juan Ignacio Barrero (1996-1999), quien ve en la coyuntura actual una gran escenario para que el Senado se reivindique: «Es una gran oportunidad para demostrar que es útil». «Ha sido bastante injusto el trato que se le ha dado al senadores», añade Rojo, quien califica como «crítico» el momento que atraviesa España.

«Un senador trabaja lo mismo que un diputado. Parece que su trabajo no sirve para nada, pero eso no es así»

Juan Ignacio Barrero

Presidente del Senado (1996-1999)

«La verdad es que yo no viví allí ningún momento como este», rememora Esperanza Aguirre. «Es más grave incluso que el 23-F», añade Juan José Lucas, cuya opinión apuntala Barrero. «Esto es más grave. Al fin y al cabo lo de Tejero se solucionó en seis horas», compara el expresidente, quien no esconde la nostalgia de su época en aquellos pasillos: «Por supuesto que me gustaría estar ahora mismo en el Senado. Además, estoy convencido de que aportaría más, porque la experiencia permite hacer mejor las cosas».

«No hay que demonizar la aplicación del 155. Es un artículo como cualquier otro de la Constitución»

Esperanza Aguirre

Presidenta del Senado (1999-2002)

La dilatada experiencia de muchos componentes de la Cámara Alta también ha estado en el disparadero pero, cosas de la vida, la crítica se vuelve ahora en contra de los partidarios de clausurar el Senado. Allí hay muchos que, como Lucas, se han curtido en las autonomías: su razón de ser. «Se diseña pensando en que sería una cámara de organización territorial , pero sobre la base de las provincias, por eso desde el primer momento ha habido un elemento perturbador que la ha cuestionado», argumenta Ángel Sánchez, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid. Además, descubre la razón por la que el Senado se ocupa de esto: «Es un tema de organización territorial; hay que valorar si se dan los supuestos de incumplimiento de obligaciones constitucionales por parte de una autonomía y valorar igualmente el plan del Gobierno».

«Nunca antes ha habido un momento tan grave, ni con el golpe de Estado del 23-F»

Juan José Lucas

Presidente del Senado (2002-2004)

Lucas ahonda en el tema y justifica la aplicación del 155, de rigor en su opinión, aunque Puigdemont no hubiera proclamado la independencia. « Aunque Puigdemont no hubiera amenazado con la DUI , las sentencias del Constitucional y la ignorancia que ha demostrado de la ilegalidad que supone la ley de Transitoriedad eran motivos más que suficientes para intervenir», defiende quien fuera ministro de Presidencia con Aznar . En esos días, Aguirre, que no es partidaria de «demonizar el 155 porque es un artículo más», mandaba en el Senado, institución que ahora también defiende: «Las cámaras de segunda lectura existen en muchísimos países occidentales y tienen misiones muy importantes, como por ejemplo la corrección de las leyes elaboradas en el Congreso».

«Quienes cuestionan el Senado se darán cuenta de que no hay que liquidarlo, sino reformarlo»

Javier Rojo

Presidente del Senado (2004-2011)

«Somos latinos y es bueno que haya una cámara en la que se analicen las cosas con más sosiego», expone Rojo, que apunta sus dardos hacia un objetivo claro. «El responsable de esto es Puigdemont y no los demás. El tiempo y la sociedad catalana le pasarán factura », asiente Rojo, socialista vasco, muy preocupado por las consecuencias futuras de este proceso. Guardando las distancias, algo parecido vivió en el País Vasco. «La convivencia no cotiza en Bolsa ni tiene cuentas corrientes pero cuando quiebra, se cae todo porque lo pagamos a escote», expone, antes de vaticinar que los problemas no acabarán este fin de semana si finalmente se aplica el artículo 155: «Esto acaba de empezar».

Punto de partida

«Ahora el Senado tiene un protagonismo que tendría que tener siempre», insiste Barrero que ya intentó en su día hacer más operativo el Senado. Ese cambio pasa, según Rojo, por una reforma que adapte la institución a los tiempos. «Aquellas fuerzas políticas que lo han cuestionado se darán cuenta de que el Senado hay que reformarlo, no liquidarlo », expone el socialista, antes de que Aguirre concluya: «Es una de las instituciones con menores costes y que, sin embargo, realiza funciones muy importantes». El mejor ejemplo será mañana.

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