Semana trágica en los bosques: más de 50.000 hectáreas quemadas

Sin duda, la peor parte ha recaído en Valencia. Casi 50.000 hectáreas quemadas con dos incendios, uno en Cortés de Pall y otro en Andilla que han afectado a más de una decena de municipios y que han obligado a desalojar a 4000 vecinos.

Para su extinción se han empleado más de 2000 efectivos terrestres y casi 50 aeronaves.

Sin duda, el peor dato es el del fallecimiento de José Agustín Nieva Gómez , piloto de uno de los helicópteros que colaboraba en las tareas de extinción y que se estrelló durante las mismas. El piloto, que fue enterrado ayer en Sevilla, ha recibido la medalla del merito a la protección civil a título póstumo. Así mismo, dos personas resultaron heridas mientras trataban de acabar con las llamas.

A fecha de hoy, los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya se han desmovilizado. El incendio está controlado y no quedan llamas, aún así, los medios aéreos siguen controlando la zona.

Con 7000 hectáreas quemadas , el incendio de Murcia y Hellín , Albacete, es el segundo que con más arboleda ha arrasado. El fuego se declaró el 1 de julio y consiguió ser controlado el jueves 4. En su extinción han trabajado más de 30 medios aéreos, vehículos y autobombas entre otros.

En Moratallá, Murcia, l as llamas están bajo control desde el pasado martes.

Toledo tampoco se ha librado de las llamas, aunque en menor medida. La Sierra de San Vicente ha perdido 50 hectáreas de roble y encima entre el domingo 1 de julio y el miercoles 4, fecha en la que se declaró extinguido.

Sin duda la principal solución al problema es evitarlo. Las labores de extinción son complicadas, y aunque no se escatime en ellas, la unión de fuego, viento y calor puede ser un imposible para acabar con las llamas. Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de GreenPeace explicaba el pasado 2 julio en una entrevista con Europa Press que el 95% de los incendios tienen origen humano .

Por ello, cada verano se trata de concienciar a la sociedad de los peligros que entrañan acciones como encender un pequeño fuego para hacer una barbacoa, tirar una colilla al suelo o rozar un matorral seco con el tubo de escape.