En un vídeo se muestra cómo la docente espeta: «Lo lees fuera, lo lees fuera... respeta los derechos de los que están aquí. He dicho que no. Esta es mi clase y salís, por favor, si no llamo a seguridad. La gente aquí está libremente, es mayor de edad y ha decidido venir a clase. Y vosotros tenéis que respetar a los demás si pedís respeto para vosotros».
Acto seguido, una alumna interviene para apoyar a su profesora : «Os podéis ir por nosotros. Queremos hacer la clase».
Profesores, padres y alumnos –de institutos y universidades– contrarios al 1-O se ven obligados a resistir a la presión social provocada por la oleada de movilizaciones convocadas por los soberanistas, que se han adueñado de calles, escuelas y campus en Cataluña. Ante las protestas y huelgas, las familias se sienten coaccionadas por los centros educativos . Les envían cartas para que autoricen a sus hijos a abandonar las aulas y salir a protestar para un referéndum ilegal.
También sufren la presión personal que les supone ver a sus hijos angustiados por posibles represalias si no hacen huelga. «Si los mandas al colegio, les dejas marcados. Es un riesgo grande», admitía Fidel, padre de dos bachilleres de Barcelona , a ABC.
Estudiantes a favor del 1-O irrumpen en una clase de la Autónoma de Barcelona y la profesora se enfrenta a ellos
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