Rajoy pedirá a su Comité Ejecutivo un voto de confianza que rompa el bloqueo

Después de varias semanas de presión sobre PSOE y Ciudadanos para que facilitaran la investidura cambiando su posición de voto –en el PSOE, del «no» a la abstención y en Ciudadanos de ésta al «sí» –, el PP casi ha logrado su objetivo con la formación naranja, aunque el PSOE se sigue resistiendo. No obstante, el argumento de la urgencia de la formación de un gobierno y de los plazos que se acercan inexorables –para aprobar el techo de gasto y los Presupuestos Generales del Estado–, que ha utilizado el presidente en funciones en todas sus intervenciones, quedó algo desdibujado tras decidir Rajoy la semana pasada aplazar nada menos que en siete días la decisión de su partido sobre las condiciones que le exige Rivera.

En la cúpula de su partido lo explican como un «parón estratégico» que tiene el doble objetivo de mantener la presión sobre el PSOE durante más días, y demorar un poco el «sí» a Rivera –«no le íbamos a aceptar todo tan pronto», indican–: hay matices que hacer porque se plantean temas de mucho calado .

La idea de acudir al Comité Ejecutivo Nacional fue de Rajoy: en un partido tan presidencialista como el PP, donde la jerarquía está tan asumida a todos los niveles, que el presidente llame a consultas a su equipo es tan infrecuente que supuso toda una sorpresa. Nadie duda de que el Comité seguirá con absoluta lealtad lo que Rajoy plantee –se puede considerar un trámite el que la decisión pase por allí–, pero el hecho de que sea el órgano colegiado, y no el presidente, el que autorice los pactos con Ciudadanos es un seguro para Rajoy, que «se protege por si algo sale mal», y «sale reforzado en su posición» que ya no es solo suya sino del partido . Además, apuntan uno de sus dirigentes con un punto de insolencia, «si todos consultan a sus bases o a sus cuadros, nosotros también».

No se descarta que se produzcan intervenciones durante el Comité, aunque normalmente estas son escasas y mayoritariamente laudatorias hacia la estrategia del partido y del líder. En todo caso, habrá con toda seguridad una posición «conjunta y unánime» ante las peticiones de Rivera , y es probable que haya algún intento de «matizar» algunas de ellas –concretando su literalidad, en algunos casos, o reconduciéndolas cuando su ambigüedad lo permita–. Una vez aprobadas por el Comité, Rajoy tiene previsto ponerse al habla con Albert Rivera , informarle del resultado de la reunión e intentar poner fecha ya a las reuniones de la mesa negociadora.

Concretar el acuerdo entre ambos políticos supondrá, esperan, alcanzar el punto de inflexión que necesita el PSOE para dar un paso, aceptando la abstención para no bloquear la gobernabilidad de España. Si todo se desarrolla según los planes del PP, se negociará durante algunos días y después se irá a la investidura, que podría producirse a fin de agosto o principios de septiembre, confían fuentes populares.

Rajoy tiene previsto un viaje oficial a China como Jefe de Gobierno el 4 y 5 de septiembre. Se manejan distintas posibilidades: que la investidura pueda producirse antes de ese viaje, si da tiempo, o inmediatamente después. «Si es que va...», señalaba a ABC un destacado dirigente del partido, abundando en la idea de que la prioridad de Rajoy es desatascar la formación de Gobierno .

El Comité Ejecutivo Nacional del PP lo forman 91 personas, entre los que se encuentran la dirección del partido, miembros del Gobierno, barones regionales, figuras destacadas como José María Aznar y Ana Botella, y otros dirigentes, entre ellos algunos rodeados de polémica o investigados por la Justicia: Rita Barberá, Ignacio González o Vicente Martínez-Pujalte. En el partido explican que «probablemente» no acudirán a la reunión.