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Rajoy se gana la paz interna y vía libre hacia las elecciones generales

«Los españoles han avalado la estrategia del PP en el Congreso de Valencia», proclamó el líder popular

El triunfo electoral de los populares «blinda» sin duda a Mariano Rajoy y le garantiza la paz interna después de superar su segundo test desde el congreso de Valencia. Rajoy necesitaba este triunfo para consolidarse y proseguir su camino hacia los próximos comicios legislativos ya que, aunque formalmente fue proclamado candidato en la cita congresual, no había conseguido investir a esa formalidad de la autoridad que le da una victoria ante las urnas. De hecho, un eufórico Rajoy ya lo dijo desde el balcón de Génova cuando se dirigió a los militantes y simpatizantes allí convocados: «Los españoles —dijo— han avalado la estrategia del PP en el Congreso de Valencia». Toda una advertencia para los últimos díscolos.

Mariano Rajoy se asomó al balcón de Génova con más motivos de celebración que nunca. «Es el mejor resultado de nuestra historia en unas elecciones europeas», señaló junto a Jaime Mayor Oreja, Esperanza Aguirre y María Dolores de Cospedal. En un ambiente de euforia afirmó que los ciudadanos «han expresado su voluntad de cambio» y que el PP, por su parte, va a cumplir «al 100 por 100» los compromisos adquiridos en esta campaña respecto a la defensa de los intereses españoles en Europa. También cree Rajoy que la victoria popular «exige un cambio en la política económica del Gobierno y en muchas más porque así lo han dicho la mayoría de los españoles».

A juicio de Mayor Oreja, «ha ganado una nueva mayoría que quiere que las cosas cambien. Se abre un nuevo discurso —dijo— que tiene que acabar con la victoria en las generales».

El cabeza de lista popular se acercó a la sede nacional sobre las ocho de la tarde directamente desde Vitoria, donde ejerció su derecho al voto. Pocos minutos después, también llegaba a Génova 13 su jefe de filas, Mariano Rajoy. El ambiente en el cuartel general de los populares era mucho más relajado que el del pasado 1 de marzo e hicieron una buena provisión de botellas de cava con las que celebrar una victoria que constituye, sin duda, un balón de oxígeno para los populares en una de las situaciones de mayor debilidad para el Gobierno y los socialistas.

«Bastiones populares»

Una hora antes de que se conocieran los primeros datos oficiales, la vicesecretaria de Organización del PP y coordinadora de la campaña, Ana Mato, compareció ante los periodistas para anunciar el «magnífico resultado» del PP, triunfador de la jornada, dijo. El optimismo de los populares se basaba, por un lado, en la evolución de sus «graneros de voto». Madrid, La Rioja, Murcia y, sobre todo y ante todo, Valencia, vieron aumentar su participación frente al descenso y la indiferencia de Comunidades autónomas como Cataluña, donde los socialistas son la fuerza hegemónica en consultas de ámbito nacional.

A ello se sumó la selección de una serie de mesas electorales que se distribuyen por toda España y que suelen ofrecer un retrato bastante ajustado del resultado final. Fueron estas mesas escogidas las que les advirtieron en marzo de 2008 de la segunda derrota de Rajoy frente a Zapatero antes de que se produjera el recuento oficial.

Cuando Ana Mato compareció ante la prensa, Rajoy ya tenía sobre su mesa de la planta séptima de Génova un sondeo propio que adelantaba que el PP obtendría el 42,5 por ciento de los votos frente al 38,8 de los socialistas, esto es, una diferencia de 3,7 puntos, sensiblemente superior a los oficiales. Cabe recordar que en las últimas generales el PSOE consiguió una ventaja de 3,93 puntos sobre los populares, que es la que se invierte ahora.

Será el comité de dirección del PP el que inicie hoy el análisis de los resultados. Mañana proseguirá el comité ejecutivo, con la presencia de los presidentes regionales, entre ellos, cabe esperar, el valenciano Francisco Camps. Camps ha conseguido aumentar significativamente su distancia del PSOE a pesar de su imputación por el supuesto regalo de unos trajes por parte de un socio de Francisco Correa, Álvaro Pérez, «el bigotes».

Ahora los populares deberán afinar su mensaje de futuro. Habrá, sin duda, peticiones de elecciones generales adelantadas y/o de cuestión de confianza. Pero respecto a a la presentación de una moción de censura, la de verdad, la que se se debate en el Parlamento, eso está en manos exclusivamente del PP.

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