Rabat aspira a lograr «avances concretos» sobre las aguas en disputa con Canarias

Además del evidente punto primero, que pone negro sobre blanco el reconocimiento español de «la iniciativa de autonomía marroquí» para el Sahara Occidental, el punto 6 estipula que «se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos». Hay que recordar que el 22 de enero de 2020 el Parlamento marroquí aprobó dos leyes para declarar su soberanía sobre las aguas del Sahara Occidental y ampliar su demarcación oceánica. Este proyecto crearía un solapamiento con las aguas españolas en Canarias y de facto consolida la soberanía marroquí sobre la parte oceánica del Sahara Occidental.

Con la ley que aprobó Marruecos las zonas económicas de Marruecos y Canarias entran en conflicto siendo el acuerdo entre los dos países la única vía para dotarlas de valor jurídico internacional.

En este sentido, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres (PSOE), manifestó ayer que espera que la reactivación de la comisión hispano-marroquí sobre delimitación de espacios marítimos sirva para dejar «claras» las posturas de ambas partes y elimine «de manera definitiva» las decisiones unilaterales de Marruecos sobre las aguas canarias, iniciativas que «no tienen recorrido al no hacerse en el marco de Naciones Unidas».

«Son importantes unas buenas relaciones con Marruecos por razones económicas, comerciales, de seguridad, de flujos migratorios y para tener claras nuestras posiciones sobre las aguas», aseguró el presidente autonómico canario, que puso de manifiesto su voluntad para visitar el país vecino, algo que han realizado todos sus antecesores en el cargo.

A una pregunta de ABC durante su rueda de prensa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo que es «una buena noticia para nuestros conciudadanos de Canarias» . Desde La Moncloa se subraya que el texto aboga por una «nueva etapa» entre Madrid y Rabat donde «los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados» (punto 2).

Otra de las claves de la declaración conjunta es la voluntad de España y Marruecos de actualizar el Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación, que data de 1991. Se trata de «un acuerdo para otros 30-40 años que definiría un nuevo posicionamiento de las relaciones entre Madrid y Rabat a un nivel estratégico», informa una fuente diplomática conocedora de las relaciones con el vecino del sur.

«Su ratificación, si se logra en términos de respeto mutuo, tendría un alto valor . Además, sería firmado bajo el reinado de Mohamed VI y Felipe VI, lo que tendría un gran simbolismo de continuidad respecto al de 1991, que entró en vigor dos años más tarde con los reyes Juan Carlos I y Hasán II», puntualizan.

La modernización de ese tratado es uno de los dieciséis puntos que acordaron ambos gobiernos en la declaración conjunta emitida tras la cena del ‘iftar’ que ofreció Mohamed VI al presidente Sánchez la noche del pasado jueves. Una próxima reunión de alto nivel entre ambos gobiernos deberá celebrarse antes de fin de año.

Bajo el título ‘Nueva etapa del partenariado entre España y Marruecos’, el texto «responde al llamamiento de Su Majestad el Rey Mohamed VI, de ‘inaugurar una etapa sin precedentes en las relaciones entre los dos países’, y de Su Majestad el Rey Felipe VI de ‘aminar juntos para materializar una nueva relación’».

En el documento no se menciona a Ceuta o Melilla ni a la integridad territorial de España ni de Marruecos, algo que sí aparecía en la carta que envió Sánchez a Mohamed VI. Desde el Gobierno se defiende como normal: «Tampoco se pone en duda la soberanía española sobre Soria o Guadalajara».

En su rueda de prensa Sánchez dejó claro que «la integridad territorial está fuera de toda duda, Ceuta y Melilla incluidas». Además, a una pregunta de ABC, consideró que no hace falta la inclusión de estas dos ciudades autónomas bajo el paraguas del artículo 5 de la OTAN de defensa colectiva.

Desde el Ministerio de Exteriores se alude al artículo tercero de la declaración conjunta para subrayar que la soberanía española de Ceuta y Melilla y cuestiones relacionadas con las dos ciudades autónomas son tenidas en cuenta: «La plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo».

Esos controles aduaneros en Ceuta y Melilla («nivel terrestre») es el clavo al que se agarra La Moncloa para constatar el avance del reconocimiento de la frontera y que se normalice con aduanas.