El PSOE gana las elecciones pero tendrá que buscar apoyos nacionalistas para gobernar
El Partido Socialista ganó las elecciones generales contra todos los pronósticos previos a los atentados del 11-M en Madrid y se impuso al Partido Popular con claridad en porcentaje de votos, cinco puntos, pero se quedó a una docena de escaños de la mayoría ... absoluta (176) y tendrá que buscar apoyos entre los partidos nacionalistas para gobernar.
Aunque el acuerdo más sencillo, en términos numéricos y por su política de alianzas previa a los comicios, sería una traslación del tripartito catalán al Ejecutivo nacional -ERC más IU-los socialistas parecían anoche más proclives a buscar el respaldo de los nacionalistas menos radicales como CiU,
El candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, triunfó con su llamamiento al voto útil de la izquierda -IU ha perdido casi la mitad de sus parlamentarios- y se vio beneficiado por el efecto en la opinión pública de los atentados del jueves, al menos según los primeros análisis de los resultados que hacían en los principales partidos.
La alta participación en la jornada -un 77 por ciento, siete puntos por encima de los comicios de 2000- es la base de esos primeros diagnósticos para explicar el auténtico vuelco electoral dado por el PSOE en perjuicio del PP. Zapatero, el gran triunfador de la jornada, supo al final capitalizar el descontento por la gestión del Gobierno en la crisis abierta por el atentado.
El PSOE se volcó tras el 11 M y en la misma jornada de reflexión en acusar al Ejecutivo de mentir a la ciudadanía y de ocultar datos con el fin de beneficiarse electoralmente. El éxito de los socialistas, que nunca se podrá saber en qué medida se fraguó por los atentados o bien procedía de su campaña electoral previa de estilo muy plano, además de dejar fuera del poder al Partido Popular, pone en cuestión el proceso sucesorio de José María Aznar al frente del partido.
Zapatero mejora en casi cuarenta escaños los resultados del PSOE en el año 2000 y obtiene casi tres millones de votos más que Joaquín Almunia en aquella cita. Los resultados del candidato socialista son los mejores de su partido desde los de Felipe González en el año 1989. El secretario general de los socialistas es, tras Adolfo Suárez, el primer candidato a la Presidencia del Gobierno que gana los comicios en la primera ocasión que lo intenta. González fracasó en 1977 y 1979 y a Aznar le ocurrió lo mismo en 1989 y 1993.
La victoria del PSOE abre las incógnitas de con qué fuerzas políticas gobernará. Aunque Zapatero se había pronunciado a favor de eludir las coaliciones, necesita acuerdos con un mínimo de otras dos fuerzas políticas para ser investido presidente del Gobierno primero y para sacar sus proyectos adelante después. González y Aznar gobernaron con minorías parecidas gracias al apoyo de los nacionalistas catalanes, en el caso de la legislatura de 1996 el PP lo hizo con pactos por escrito, aunque sin entrar en el Ejecutivo. El mapa político más parecido al actual es el de la llegada de Aznar al poder hace ocho años.
El otro gran triunfador de la jornada, ERC, se convierte en la cuarta fuerza del nuevo mapa político y con sus 8 diputados también puede tener la clave en el Congreso para formar una mayoría con el PSOE. Izquierda Unida, aunque con los peores resultados de su historia, se mostró anoche dispuesto a contribuir a sostener un Gobierno de izquierdas.
Los independentistas catalanes y los socios de IU en el Principado ya están unidos en la Generalitat catalana presidida por el socialista Pasqual Maragall. Carod Rovira fue anoche el primer dirigente político en ofrecer su apoyo a Zapatero para abrir «una nueva transición» en España.
No obstante, Zapatero también podría buscar el entendimiento con CiU, segundo gran derrotado de las elecciones al perder 5 de sus 15 diputados, siempre que sumara a esos acuerdos a Coalición Canaria. El cabeza de lista de Convergencia por Barcelona, Duran y Lleida, se mostró dispuesto a «hablar» con Zapatero.
El otro partido nacionalista que podría entrar en el juego es el PNV que, con 7 escaños, mantiene su representación en el Congreso. Pero los nacionalistas vascos, atrincherados en el plan Ibarretxe, están muy alejados de los planes socialistas.
Las otras incógnitas que abre la victoria de Zapatero son de programa. Los compromisos adquiridos por el PSOE en la campaña afectan a líneas fundamentales de la política aplicada por José María Aznar. El candidato socialista se comprometió a retirar las tropas españolas destacadas en Irak en junio próximo si la ONU no daba un mandato claro para el despliegue de las fuerzas occidentales. Sería el primer paso para romper con el respaldo del Gobierno español a la cruzada contra el terrorismo internacional encabezada por los Estados Unidos. De hecho, el rechazo de buena parte de la ciudadanía a esa política marcada por Aznar, parece ser la clave del vuelco electoral experimentado en el mapa político, según sostenían en el PP.
Proyectos aparcados
Zapatero también había anunciado que paralizará el Plan Hidrológico Nacional, otro proyecto fundamental del Gobierno del PP, las leyes de mejora de la Educación. En las relaciones con los nacionalistas, el dirigente del PSOE se comprometió a aceptar la reforma del estatuto de autonomía catalán en los términos que pacten Maragall, Carod e IC. También se mostró abierto a seguir el mismo criterio con todos los demás gobiernos autonómicos salvo el nacionalista vasco y a parcelar la Agencia Tributaria.
En el PP, la desolación anoche era evidente. Mariano Rajoy compareció flanqueado por el jefe del Ejecutivo, José María Aznar, y el vicepresidente primero, Rodrigo Rato. La pérdida de 35 escaños y más de ocho puntos en porcentaje de voto le dejan como el partido de la oposición con más diputados de la historia de la democracia, pero consignan una derrota del todo imprevista hasta el pasado jueves.
Rajoy dio a entender que seguirá al frente del PP, pero el fracaso del proceso sucesorio de Aznar era evidente. La apuesta de septiembre, cuando el presidente del Ejecutivo dio el paso de nombrar candidato electoral a Rajoy, era cambiar de líder sin dejar el poder.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete