Procesados dos policías franceses por quedarse con armas de ETA por «coleccionismo»

En concreto, según se desveló tras el análisis posterior a aquella entrega, las 118 pistolas y armas largas que los terroristas sacaron a la luz en Bayona estaban «limpias» esto es, no habían sido empleadas en ningún atentado, lo que explica que carecieran por completo de interés a efectos de esclarecer los crímenes de ETA pendientes.

La actuación de estos dos policías, revelada por el semanario galo Le Point , fue descubierta a partir de una denuncia anónima que en septiembre alertó a la Comisaría de Arras, situada en el departamento de Pas-de-Calais, de la existencia de un depósito ilegal de armas situado en el centro de artificieros de la localidad. Tras las indagaciones de la policía judicial de la vecina localidad de Lille y de la Policía Nacional francesa, la Fiscalía de Arras decidió procesar a un oficial y su comandante por un presunto delito de apropiación indebida, según el cual serían responsables de haberse quedado con diversas piezas requisadas, entre otros, a la delincuencia común que deberían haber sido destruidas , según el protocolo. En el almacén se han hallado, entre otros, alrededor de 80 detonadores, metralletas M4, un fusil kalashnikov y varias pistolas 357 Magnum.

En principio, el oficial procesado ya habría accedido a declararse culpable y ha comparecido esta semana ante un consejo de disciplina durante el que se planteó su expulsión del Cuerpo. Los dos han alegado que habían guardado las armas por afición, que son coleccionistas, y negaron cualquier intención de traficar con ellas, cargo que en todo caso no se les imputa.

La reconstrucción de los hechos apunta a que era el oficial de menor rango quien entregaba las armas al superior, que a su vez las escondía en un almacén prefabricado integrado en el centro de artificieros, del que era responsable. Para evitar ser detectados, ambos procedieron a destruir la cámara de seguridad que supervisaba la instalación , algo que se reveló durante la investigación, si bien no tuvieron en cuenta una segunda cámara de supervisión, que dejaron funcionar y que grabó el momento en que los dos encausados rompían el primer dispositivo, lo que permitió identificarles.

El material vinculado a ETA que figura en la instrucción de este caso proviene de la farsa de desarme escenificada por la banda en Bayona, durante la que se desprendieron de 118 pistolas, rifles y armas automáticas, 2.875 kilos de explosivos y 25.700 elementos de detonación, en su mayoría caducados. Fue el 8 de abril de 2017, y t ras el acto se decidió que una parte del arsenal fuera destruido, mientras que otra se quedara en reserva por si podía ser utilizado algún día para el esclarecimiento de hechos vinculados a los pistoleros, aunque finalmente se comprobó que el material no tendría ninguna utilidad en ese sentido. En aquella ocasión, los terroristas también ofrecieron las coordenadas de geolocalización de ocho zulos en suelo francés de donde habían extraído las piezas entregadas.

Aquella ceremonia frente a pretendidos observadores internacionales fue el penúltimo show de ETA antes de la puesta en escena de su disolución , que se desarrolló en mayo de 2018 en el sur de Francia.