PP y PSOE enfrían la posibilidad de renovar a corto plazo el Constitucional

Montilla trasladó ayer esa petición de renovación "inexcusable" al jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al presidente del PP, Mariano Rajoy, y tanto él como los representantes de otras fuerzas políticas en Cataluña han instado a que socialistas y populares negocien y concluyan esa renovación.

Tanto en el PSOE como en el Partido Popular, según fuentes de ambas formaciones, se coincide en la necesidad de que se releve a los magistrados que han concluido su mandato, pero se reprochan mutuamente la responsabilidad de que eso no haya sido posible hasta ahora. Aseguran que se harán todos los esfuerzos posibles para que se retomen las negociaciones enquistadas desde hace meses, pero al mismo tiempo reconocen las dificultades existentes y no auguran que a corto plazo pueda haber un vuelco en las posiciones que han mantenido hasta ahora y que han imposibilitado el acuerdo.

En el PSOE se afirma que se tanteará la disposición del PP a retomar las conversaciones, pero dudan de que la respuesta que dé el partido liderado por Mariano Rajoy facilite las cosas. Además, se advierte de que en un momento como el actual, justo después de que se haya fracasado en el nuevo intento de sentencia y se haya encargado a otro magistrado la ponencia correspondiente, hay que ser muy cuidadosos para no actuar de forma que se interprete que se está interfiriendo en la labor de Tribunal Constitucional.

Máxime cuando el encargado de esa nueva ponencia es su vicepresidente, el conservador Guillermo Jiménez, y, precisamente, él es uno de los cuatro magistrados a los que hay que renovar porque ya ha cumplido su mandato. Pero defienden la petición de Montilla, quien consideran que está cumpliendo su papel como presidente de la Generalitat y en defensa del Estatut.

Fuentes del Gobierno no van más allá de recordar que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, escuchó ayer "atentamente" la demanda de renovación del TC que le planteó Montilla y que sería deseable que se cumplieran los plazos fijados para los relevos en instituciones como el Constitucional. Y, para ello, remiten a las conversaciones entre los partidos y lamentan que hasta ahora no haya sido posible.

Por su parte, las fuentes del Partido Popular apuestan por afrontar la situación con tranquilidad y no precipitarse en esa renovación pendiente al albur de lo ocurrido ayer. Si hasta ahora no ha sido posible el relevo de los magistrados, no creen que las "presiones" de Montilla, de la mayoría de los partidos catalanes y de determinados medios de comunicación vayan a variar la situación.

No hay rechazo a hablar de ello con los socialistas, pero reconocen que el clima político existente en la actualidad no contribuye a un acuerdo y defienden que no haya actuaciones que "atosiguen" y que se deje trabajar al TC en su nuevo borrador. Aunque en las declaraciones públicas de sus dirigentes pueda expresarse la confianza en que haya sentencia antes de las elecciones catalanas, previstas para otoño, tanto en el PSOE como en el PP se trabaja con la idea de que no verá la luz hasta después de esos comicios.

La renovación pendiente del Tribunal Constitucional afecta a cuatro de sus miembros elegidos por el Senado y que terminaron su mandato el 17 de diciembre de 2007: la presidenta, María Emilia Casas; el vicepresidente Guillermo Jiménez, y los magistrados Vicente Conde y Jorge Rodríguez-Zapata. A ellos se suma la vacante por el fallecimiento de Roberto García Calvo, cuya sustitución corresponde al Congreso.