Una «OTAN ecológica» contra la marea

Los primeros barcos en llegar a la zona afectada, el «Ailette» francés y el mucho más potente «Rinjdelta» holandés -un navío que ha recogido 3.000 toneladas del combustible que se encaminaba inexorablemente hacia la costa gallega - constituyeron una eficaz línea de defensa contra el fuel, junto al «Neuwerk», de Alemania; el también galo «Alycon»; el británico «Sefton Supporter»; el «Union Beaver», de Bélgica; un segundo barco holandés, el «Arca» y el noruego «Boa Siw/ Far Scout». La escuadra, quizás la más importante de las reunidas en la historia para luchar contra la contaminación, se complementa con otros doce barcos españoles, destinados a labores de vigilancia. Hoy se sumará a la concentración el «Gunnar Seidenfaden», enviado por Italia, y un petrolero británico, el «British Shield», de 6.000 toneladas, contratado por el Gobierno como buque de apoyo para almacenar el fuel recogido, agilizando así las imprescindibles tareas de recogida del fuel. Mañana se incorporan otras dos embarcaciones, el «Tito» y el «Aqua Chiara», de Italia.

La colaboración europea también se ha dejado notar en las labores de limpieza de las playas. Bomberos, biólogos y especialistas en la lucha contra la contaminación de Bélgica, Francia, Holanda, Italia, Portugal y hasta Estados Unidos, colaboran codo con codo con los centenares de voluntarios que luchan contra la masa viscosa que ha asfaltado cerca de 150 playas. Tan sólo la actitud del comisario de Agricultura de la Comisión Europea, Frank Fischler ensombrece el clima de cooperación internacional. Fuentes oficiales calificaron de «incomprensible e insolidario» el comportamiento del responsable comunitario de Pesca, que rechazó rotundamente las peticiones españolas para destinar a los afectados por el vertido del «Prestige» los fondos estructurales de la UE no utilizados por los Estados miembros a los que iban inicialmente dirigidas.

El alcalde de La Coruña, el socialista Francisco Vázquez, tildó a Fischler de auténtico «cantamañanas» y recordó que se ha caracterizado por intentar descaradamente destruir la flota pesquera gallega, la más importante de la Comunidad. No hay que olvidar que Fischler incumplió con hechos sus compromisos verbales de «flexibilizar» el Instrumento de Financiación y Orientación Pesquera (IFOP), al rechazar tajantemente la modificación de su normativa solicitada ante sus homólogos de los Quince por el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete.

El comisario europeo también señaló que «es muy difícil» que se pueda adjudicar a los damnificados por la marea negra ayudas procedentes de las partidas destinadas a compensar a la flota perjudicada por el fin del acuerdo pesquero con Marruecos y que finalmente tampoco se habían utilizado.

Un portavoz de Comisión Europea remitió a una investigación posterior porque «necesita más datos sobre el alcance de las pérdidas» la posibilidad de adoptar medidas específicas para mariscadores, perceberos y el sector de la acuicultura, y se limitó a precisar que el Fondo Internacional de Indemnizaciones para daños debidos a la contaminación por hidrocarburos -ajeno a sus competencias- puede costear pérdidas en equipamientos.

Mucho más receptiva fue la presidencia danesa de turno en la UE al señalar que llevaría al Consejo de Energía y Transporte la petición española para que se modifique el fondo de solidaridad de la UE, creado para sufragar las pérdidas sufridas por desastres naturales -a raíz de las inundaciones en Alemania el pasado mes de agosto-, para que cubra también los daños derivados del vertido.