Nabody, tragedia y ensueño de Macondo

Salvamento Marítimo buscaba la patera en la que viajaba junto a su madre, se cree que una hermana y otras 49 personas desde el día anterior. Una de las ONG de guardia en las costas africanas había dado la voz de alarma, aunque no está claro a ciencia cierta si la alerta se refería a esta embarcación o a otra de las auxiliadas en esas fechas. Como tampoco importa si Nabody se llamaba Nabody o no, como se está especulando. Tanto da. Porque la suerte y la pena negra de este cayuco no son diferentes a las de casi todos, menos esos que directamente se traga el mar, y como los demás de los que se tiene noticia, se salió en su socorro. En este caso la salvamar ‘Macondo’, ágil, rápida, nueva a estrenar de no hace ni dos meses. Era la tarde del martes 16 de marzo.

Fue detectada como «posible embarcación precaria» por el radar de la Guardia Civil, el SIVE, a las 18:50 horas, a 7 millas al sur del muelle gran canario de Arguineguín. Un poco más de 11 kilómetros de distancia. «Se moviliza la salvamar y el helicóptero , que verifica que hay inmigrantes» a bordo, narra a este diario el jefe del Centro de Salvamento Marítimo en Canarias, Roberto Basterreche. Relato quirúrgico, sin añadidura épica ninguna. «A las 19:30 comienza la maniobra del rescate de personas, a las 20 horas finaliza y a las 20:09 se atraca» en el puerto.

Sobre las condiciones en las que encontraron a los miembros del pasaje: «Es un rescate de inmigrantes y entre ellos había gente que estaba en mal estado». ¿Por hipotermia?, ¿por deshidratación?. «La tripulación cuando llega lo que ve es personas muy débiles, algunas inconscientes». Se avisa, está en marcha Cruz Roja, el 112, Policía Nacional, la Benemérita. Se traslada la información de que algunos son niños. Sin más detalles. «No hay tiempo».

Conviene dejar claro que el trabajo de Salvamento Marítimo es «rescatar». «Lo más pronto posible, dentro de las dificultades, del oleaje... para ponerlos a salvo a la mayor brevedad», precisa un experto en emergencias, los minutos y los recursos son tan limitados «que a veces no van contándolos, los van subiendo como pueden, no hay ningún tipo de triaje». Esto es, evaluación de la gravedad de unos y otros a efectos sanitarios. De ahí que la respuesta a si les consta en algún momento y se comunica a los servicios activados en tierra que la bebé Nabody está en circunstancias críticas o en parada cardiorrespiratoria sea «no». «Y aunque hubieran dado más particularidades, no hubiera cambiado el sistema», especifica Basterreche sobre la ejecución del protocolo desarrollado en esta embarcación. El mismo que en otras 646 ocasiones en el año 2020 y en las anteriores 47 de este mismo año.

Lo que ha dado relevancia a esta patera con respecto al resto es que en ella, entre 29 mujeres, 14 hombres y ocho menores está una pequeña de 24 meses cuya imagen siendo reanimada sobre el asfalto del muelle trasciende, y apiada más cuando el domingo se sabe de su fallecimiento en el hospital Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria. Es la víctima mortal número 19 de la Inmigración en el archipiélago de este 2021 . Conmociona también porque ella es otra vez Aylán, el niño sirio cuyo cadáver fotografiado bocabajo en una playa turca que fue en 2015 ‘símbolo’, ‘icono’, ‘alegoría’ del drama de los refugiados, y ahora Nabody ‘rostro’, ‘encarnación’ de la odisea desgraciada de las pateras... y otra vez de vuelta con los tuits electoralmente doloridos de los políticos, las miradas que se retiran de espanto y los titulares en prime time.

La bebé será enterrada en el cementerio municipal de San Lázaro de la capital grancanaria al lado de decenas y decenas de adultos, también de niños, que perdieron la vida antes que ella navegando rumbo a la utopía de Macondo. También descansará cerca de las fosas de desheredados sin nombre o sin recursos a los que nunca nadie reclamó.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha asumido ya los preparativos del sepelio a falta del requerimiento judicial que permita darle sepultura. Sin perjuicio de que una improbable solicitud vía consular pudiera instar a la repatriación de los restos a Malí, el país en guerra originario de Nabody, –si es que se llamara Nabody–, que no es una no identificada, sino que su madre está viva y reconocida, y podría ser su voluntad. Aunque todo esto parece ser una vía inexplorada que ninguna institución consultada certifica que haya sido usada jamás.

En las cuentas de CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, figura que el número de mujere s y de niños en los cayucos que llegan a las Canarias ha aumentado. Las primeras han pasado de ser un 5% de los inmigrantes a bordo a un 12% según lo detectado en lo que va de año. Mientras que respecto a los menores, basta recordar que en las islas hay ya acogidos 2.600 que viajaban solos, amén de los que son embarcados por sus familias.