«La reacción virulenta de Otegi es la prueba del hombre de paz que dice ser»

En declaraciones a ABC , el titular de Interior aseguró, en tono irónico, que con estas afirmaciones de Arnaldo Otegi interceptadas en el centro penitenciario de Logroño «vemos al hombre de paz que dice ser, y que algunos decían que era». Se refería así al reconocimiento que le dieron el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y el PSOE durante el denominado «proceso de paz» que acabó por los aires con los doscientos kilos de explosivo colocados por ETA contra la T-4. Mucho más recientemente, destacados dirigentes del socialismo vasco, encabezados por Jesús Eguiguren , han pedido la excarcelación de quien lanza discursos que destilan xenofobia. «Porque, eso de que has estado aquí 5 años... Claro, ¡todos los txakurras pueden votar! Claro, ¿que va a venir, la Guardia Civil aquí?... y todas sus putas familias. Si, claro, claro», espetaba un irritado Otegi en la comunicación a la que tuvo acceso este periódico.

Con la creencia de que se va por el buen camino a la vista de la reacción airada de Batasuna, Fernández Díaz se mostró ayer «convencido de que el PSOE entrará en el consenso». «Estoy seguro de que compartirá estos planteamientos». Unos principios que, en opinión de los expertos que han elaborado el proyecto, se basan en la necesidad de restituir el derecho a votar en su propia tierra, que ETA y sus cómplices arrebataron a muchos vascos y navarros tras décadas de terror. «Es muy importante el acuerdo de las dos grandes fuerzas, como mínimo, y así se lo hemos ofrecido al secretario general del PSOE». Más complicado parece el acuerdo con el PNV, después de que su presidente, Íñigo Urkullu , haya calificado recientemente como «pucherazo electoral» la iniciativa para que puedan votar las víctimas de la «limpieza étnica» llevada a cabo por ETA. «Respecto al PNV -sostiene el ministro del Interior-, dada su importancia y presencia en el País Vasco, sería positivo que entendiera que esta iniciativa es necesaria y justa».

A juicio de Fernández Díaz, al partido de Urkullu «le resultará muy difícil explicar por qué se oponen» . En definitiva, considera el titular de Interior, «hay que sacar adelante la reforma con el mayor nivel de consenso posible. Estamos ante una cuestión de principios. No sería bueno que solo fuera un grupo parlamentario el que asumiera esa bandera». Así, en sus declaraciones, reiteraba que «es bueno que esa bandera la levantemos cuantos más, mejor, excluidos los que forzaron al destierro a tantas personas».

En este sentido, recordó que el Ejecutivo cuenta «con la adhesión de UPN, que ya gobierna en Navarra. Hago una valoración extraordinariamente positiva del apoyo de UPN».

Jorge Fernández Díaz se mostró «profundamente satisfecho con el dictamen de los expertos» que avalan la viabilidad de este proyecto de reforma de la Ley Electoral. Un proyecto muy sólido desde el punto de vista jurídico, por lo que aquellos que lo intentan descalificar bajo la acusación de «pucherazo electoral» demuestran, en su opinión, una «total ignorancia».

«Esta ley intenta contrarrestar la injusticia inaceptable que ETA y sus cómplices querían imponer mediante la limpieza ideológica en el País Vasco y Navarra, de tal manera que quienes no comulgaran con sus ideas se veían abocados a huir y abandonar el territorio en el que nacieron y vivieron, entre amenazas y presiones», aseguró el ministro del Interior, en sintonía con el parecer del grupo de expertos jurídicos.

En este sentido, como los juristas, Fernández Díaz negó rotundamente que con esta reforma se intente influir en el censo electoral del País Vasco y Navarra . «Es una cuestión de principios, de justicia y de reparación. Era una injusticia flagrante la que se cometió con los desterrados o con la diáspora vasca... Y esa injusticia tenía que ser reparada».

En este sentido, el ministro reiteró que «es imposible materialmente que esta ley entre en vigor para las próximas elecciones». Entre otros motivos, porque «hay que aprobar la reforma. Y, luego, hay un plazo mínimo de seis meses para que las personas afectadas por esta ley puedan ejercer el derecho para ser inscritos en el censo». Sin embargo, dejó claro que «aunque fuera posible, no sería bueno. Es una iniciativa que tiene que ver con la dignidad, la justicia y la reparación. Pudiera quedar viciada por apariencia de electoralismo partidista».