Madrid y Rabat tratan de que la crisis no ponga fin a su idilio
Madrid y Rabat tratan de salvar de la quema sus relaciones más que amistosas. Un partido de la oposición marroquí, creado por un amigo del rey Mohamed VI, dió un toque de atención desde El Aaiún el sábado. Después fue Zapatero ayer el que pedía ... hacer «prevalecer el interés general».
La activista saharaui «no puede afectar a las relaciones entre Marruecos y España, que van más allá de este asunto», dijo Mohamed Cheij Biadillah, secretario general del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM). Biadillah es como presidente del Senado el saharaui que más alto ha llegado en la política marroquí y es además hermano de un alto dirigente del Polisario. Junto a él estaba Fuad Ali Himma, el amigo del monarca.
El PAM, un opositor con que destila aromas de gobierno, fletó un avión desde Rabat, a más de mil kilómetros, para llevar a periodistas a su rueda de prensa.
Las palabras de Biadillah son una nueva muestra de que el regreso de Haidar a su casa no es por un problema de tráfico aéreo en El Aaiún, donde los vuelos diarios se cuentan con los dedos de una mano. Lo saben bien en el Gobierno de Zapatero.
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