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Los jueces discrepan sobre si se puede alimentar a la fuerza a Haidar

La activista saharaui, trasladada hoy en el aeropuerto de Lanzarote mientras continúa su huelga de hambre / AFP

En una encrucijada política, diplomática, judicial y humanitaria es como está el «caso Haidar» cuando se cumple el día número 22 de la huelga de hambre que mantiene la activista saharaui Aminatu Haidar en territorio español. De poco le están valiendo los prestigiosos ... galardones internacionales que tiene en su haber la llamada «Pasionaria» saharaui, defensora acérrima de los derechos humanos y premiada por esta lucha sin cuartel, para que Marruecos ceda un milímetro en sus exigencias y le devuelva el pasaporte que le requisó el pasado día 14 de noviembre -después de que Haidar tardase 15 años en que el país se lo expediese-, expulsándola del país. España autorizó que aterrizase en el aeropuerto canario de Lanzarote, donde la activista yace dejándose morir. Su caso ha provocado una auténtica revolución judicial, al no ponerse de acuerdo los juristas sobre si prevalece la doctrina del Constitucional acerca de poder alimentarla forzosamente cuando sufra la pérdida de consciencia, o si está por encima la Ley de Autonomía del Paciente, que deja clara que si Haidar plasma cuál es su voluntad y lo hace en plena posesión de sus facultades, se debe respetar, sea cual sea el vaivén que sufra su salud. ¿Qué puede hacerse para evitar que Haidar muera, una vez superado el ecuador de la resistencia física de toda persona que solamente ingiera agua y glucosa ? El Gobierno ha mirado a los jueces , para que se pronuncien en favor de trasladar a Aminatu a un centro hospitalario de Lanzarote y se alimente forzosamente a la activista. Pero no es tan simple. Los jueces no pueden hacerlo, en virtud de la reciente Ley de Autonomía del Paciente, ya que si Haidar, en su «sano juicio» antepone su voluntad de no alimentarse a la vida , deben respetar esa voluntad. Según publica hoy ABC , la situación no es la misma que cuando un preso , por ejemplo el etarra De Juana Chaos, se deja morir en la cárcel, porque en ese caso su voluntad está circunscrita a la de las Instituciones Penitenciarias de las que depende, esto es, del Estado. Aun así, los jueces consultados hoy discrepan en este punto. Algunos opinan que hay un resquicio legal, como la aplicación del juramento hipocrático para alimentar a la saharaui aunque ésta plantee por escrito su deseo de no ser hidratada.

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