José María Aznar: «España ha caído en el anonimato internacional, sin presencia y sin influencia»

¿El pensamiento estratégico es importante?

Es fundamental. Consiste en entender que la evolución del mundo de hoy compromete de una manera muy grave no solamente los valores, sino los sistemas políticos en los cuales vivimos, nuestras libertades y nuestras democracias. Tenemos que hacer una reflexión estratégica sobre esto y cómo nos tenemos que comportar y cuáles son las amenazas. No solamente divagar sobre el populismo o los autoritarismos, el nuevo comunismo o el indigenismo en Iberoamérica, y también está el islamismo radical que se acerca para golpear y que si no lo ha hecho es porque no ha podido, pero que lo hará si se le deja la oportunidad. El error afgano es entregar el poder a los que son capaces de cobijar a los que hacen eso y darles oportunidad de reorganizarse. ¡Que lo van a hacer y que si pueden te van a golpear!

¿Biden puede corregir esto?

Lo podía haber hecho pero no ha querido. Ha profundizado en el error . No es verdad que haya aplicado una acuerdo heredado. Ha heredado un acuerdo, pero podía haber renunciado a él . Igual que ha vuelto al acuerdo de París, igual que ha intentado recuperar el acuerdo con Irán, igual que ha suspendido la construcción de la valla con México, podía haber anulado este acuerdo o haberlo revisado. Con 2.000 hombres y apoyo aéreo suficiente, los talibanes no se habrían adueñado de Afganistán.

Usted quería que España contara en las decisiones del mundo. Hoy, nuestro prestigio e influencia está en retroceso, especialmente en Iberoamérica.

España ha caído en el anonimato internacional , sin presencia y sin influencia. Eso es un desastre. Lo vemos en Iberoamérica. Hace 40 años la Transición española era un ejemplo. Hace 20 años el progreso económico español era un ejemplo. El proceso de las libertades, más el progreso, fueron un ejemplo para todos. Se fue capaz de crear la comunidad iberoamericana, España era un actor de primer orden y ahora estamos viviendo la mayor revuelta contra lo español y contra España desde hace siglos. Es tremendo. Y en esto tiene mucho que ver la falta de una política internacional de España o la toma en consideración de las cosas que realmente importan. Y si además esto ocurre en ausencia de comunicación con EE.UU. , no se pueden unir más ingredientes a este resultado. La revuelta antiespañola, el intento de hacer creer que las sociedades prehispánicas son un modelo al que hay que ir es realmente una demostración muy clara de que no estamos ante pequeños problemas. Y esos problemas no los puede afrontar cualquiera.

Visto desde hoy ¿qué no haría igual?

Para qué vamos… (duda). Lo que interesa es contar la historia y no malear los hechos. Soy de los que cree que los hechos no deben ser maleados y sé que soy un ingenuo, porque hoy los hechos son maleables desgraciadamente. Tener un pensamiento estratégico acorde con unos principios y unos valores es absolutamente básico y eso falta en el mundo de hoy y no nos quejemos por lo que pueda ocurrir… En aquella época se pudieron cometer errores, faltas, pero lo que no se puede negar es que había una idea estratégica de que la libertad y la democracia, su expansión, el respeto a los derechos humanos, era una cuestión clave.

¿Y esos principios deben ser la base de un nuevo pensamiento estratégico?

Esa debe ser la base, sobre todo cuando sabemos que nuestros adversarios más radicales y más extremistas lo que quieren es deslegitimar y destruir nuestra democracia y nuestras libertades. Démonos cuenta y pongámonos manos a la obra. Cuando se trata de estas cosas yo mantengo lo que siempre he dicho cuando se trata de servir a España: no hay derecho a la queja ni hay derecho a la fatiga. Pues eso, cuando se trata de las libertades no hay derecho a la queja ni a la fatiga.