Jordi Sevilla reclama una reforma constitucional desde «un perímetro muy acotado»

«Incluso aceptando que no hay reforma constitucional, necesitamos profundos cambios para facilitar la cooperación», apuntó Sevilla, que en cualquier caso dejó claro en varios momentos de su comparecencia la necesidad de reformar el Senado, con lo que «ya tocamos necesariamente la Constitución». Apostó porque «tiene que ser algo más que una cámara de segunda lectura» y por un mayor peso en su configuración de los gobiernos autonómicos.

El PSOE, que ha impulsado esta comisión y hasta ahora estaba viendo rebatidas sus principales tesis, encontraba al fin una voz en sintonía. Pero con discurso propio. Así, aunque su posición es favorable a la reforma, tampoco la sacralizó como solución a todos los problemas: «Creo que hay una parte del recorrido del estado autonómico que se debe de hacer y que no exige cambiar la Constitución , y creo que hay otra parte, que se facilita mucho si acotádamente se reforma la Constitución». Sí dejó claro que a su juicio sería positiva una reforma partiendo de «un perímetro muy acotado, pero no un proceso constituyente».

Aunque el exministro socialista abandonó la común demanda de emular el consenso pasado- «no tenemos porque irnos al consenso con el que se hizo la Constitución para reformarla» - sí planteó que al menos debe existir una voluntad de entendimiento: «Hay que reformar la Constitución pero, por favor, no lo hagan si no van a llegar a acuerdos».

Tampoco comulgó en su literalidad con el planteamiento de «cerrar» el modelo autonómico, si esto se entiende por no dejar margen futuro al debate en torno a las competencias autonómicas: «Me cuesta mucho que haya nada definitivo. Lo legítimo es que haya confrontación política... Yo no creo que haya un gobierno que diga 'hasta aquí hemos llegado'».

En lo que más concretó fue Sevilla fue en algo en lo que, como él mismo reconoció, no se precisa de reforma constitucional: la idea de «institucionalziar» la Conferencia de Presidentes Autonómicos como eje de ese nuevo clima de cooperación: «Esta es la foto de la España constitucional». Una apuesta encaminada a potenciar un «doble pacto de reconocimiento» entre Estado y Autonomías y para que las regiones no tengan una sensación de «sumisión legislativa». También para que su convocatoria «no sea discrecional» y a voluntad del presidente del Gobierno.

En lo relativo a lo nominal dijo no querer distraerse en las denominaciones que puede tener el modelo (entre autonómico y federal, y apuntando a las varias acepciones de éste último) y no entrando tampoco a valorar la cuestión de la plurinacionalidad que el 39 Congreso del PSOE ha incluído como propuesta política. Aludiendo además a los debates de la ponencia constitucional de 1978 para asegurar que a su entender esta cuestión está ya recogida: «Con toda claridad nacionalidad es nación sin Estado» .

En lo relativo a Cataluña, lamentó la ausencia en la comisión de los partidos independentistas catalanes, aunque no arrojó la toalla y apuntó a que «abrir una proceso de la reforma constitucional es unaoportunidad para los que de verdad hayan llegado a la conclusión de que la vía unilateral ha fracasado». En el trasfondo, una reflexión sobre los tiempos de negociación del Estatut de Cataluña: «No fue bueno que no se buscara a fondo un acuerdo entre el PP y el PSOE».