ERC se hace con el control de la ofensiva contra el TC y amaga con sacarla a la calle
El independentismo, en todas sus vertientes, se ha hecho con el testigo del frente común de los periódicos catalanes para denunciar el «menoscabo» de Cataluña que supondría una sentencia del Tribunal Constitucional que cercene el Estatuto de Autonomía. Tal es así, que el presidente del ... Parlamento catalán, Ernest Becnach, rescató la conveniencia de realizar una «manifestación preventiva», idea que, según él, «no debe descartarse nunca».
La dirección de la estrategia parece, por tanto, en manos de ERC. Si el jueves fue José Montilla quien apareció como inspirador del texto publicado por doce cabeceras catalanas, ayer tanto Esquerra como las diversas plataformas independentistas promotoras del referendo soberanista del 13-D aprovecharon la iniciativa, y la reacción contraria en el resto de España, para entonar el «adiós España».
Quien lo verbalizó más claramente fue, una vez más, el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, quien recurrió a la «Oda a España» del poeta Maragall para señalar que «si España no escucha», que «a nadie le extrañe» que muchos catalanes opten por el «adiós» a España.
Luego identificó el editorial publicado el jueves como el «una vez más, Escucha España», de Joan Maragall, y advirtió de que, «si una vez más, y expresado de forma tan multitudinaria, impactante, representativa y al mismo tiempo elegante y democrática, España no escucha, que a nadie le extrañe que haya gente que no se quede en el primer verso de la oda, sino que vaya directamente al último, ´Adiós España´».
Carod criticó también la «terminología facha de toda la vida que está resucitando, suponiendo que estuviera muerta», en varios diarios de ámbito nacional. También el líder de CiU, Artur Mas, criticó la «reacción de la prensa de Madrid» que tachó de «absolutamente visceral».
«Santiago y cierra España»
El líder nacionalista aseguró que algunas respuestas demuestran que aún hay quien quiere «una España absolutamente uniforme, homogénea, en el Santiago y cierra España», pero se felicitó también porque muchos ciudadanos en el resto de España han interpretado el editorial «con mucha menos visceralidad y eso es un signo de esperanza». Por todo ello, emplazó una vez más a Montilla a convocar la «cumbre de líderes» catalanes para afrontar la sentencia.
En este contexto, el secretario general de ERC, Joan Ridao, consideró «inevitable» una manifestación unitaria si la sentencia del TC recorta efectivamente elemento fundamentales del Estatuto, como la definición de Cataluña como nación en su preámbulo. Antes de que eso suceda, la propia ERC, a través de su presidente, ha invitado a participar masivamente en los referendos sobre la independencia convocados en centenares de poblaciones catalanas, la mayoría de los cuales se celebrará el próximo día 13.
Mientras, el editorial ha concitado nuevas adhesiones entre los ayuntamientos, universidades y entidades culturales. Las dos asociaciones municipalistas, la Federación de Municipios de Cataluña (FMC) y la Asociación Catalana de Municipios y Comarcas (ACM) advirtieron que el «Estatut» marcó «un antes y un después» en la forma de expresar la voluntad pública de Cataluña.
«Poner en peligro los avances conseguidos en la redacción del «Estatut» es amenazar gravemente la cohesión social que tanto hemos trabajado para mantener en Cataluña», apostillaron. La «unidad» proclamada tanto en el editorial como por las asociaciones municipalistas y los partidos catalanes fue imposible, sin embargo, en el Ayuntamiento de Barcelona, cuyo pleno fue incapaz de pactar una declaración unánime de apoyo al editorial. Finalmente, el alcalde y los líderes de CiU, ERC e ICV en el Consistorio apoyaron individualmente el texto, mientras el portavoz del PP lo denunciaba.
El Gobierno pide calma
El Gobierno socialista, por su parte, mostró ayer una actitud más reticente que el apoyo expresado el jueves por varios de sus miembros, empezando por José Luis Rodríguez Zapatero. La vicepresidenta primera, Maria Teresa Fernández de la Vega, pidió «aparcar ese cierto alarmismo que parece que se está transmitiendo» en torno al fallo y se mostró convencida de que la sentencia será «razonada y razonable».
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