«La gente no se fía y no quiere comer ni pescado ni marisco; es nuestra ruina»
Es domingo y hay mercado semanal en Padrón, el pueblo de Cela. Bulle de actividad, más por los mirones que por los compradores. El pescado y el marisco, que luce espectacular en sus cajas, está arrumbado. Nadie se atreve a llevárselo a casa. Ramón ha ... pasado de vender 200 kilos de mejillón cualquier semana a menos de 50. Vale lo mismo y es el mismo, el que sale de las bateas de Arosa, con dos controles de calidad diarios. «Es nuestra ruina» y se desgañita en insultos al Gobierno y a la Xunta «que nos desprecian y miran para otro lado».
Mar mira sus angulas casi con compasión. «Son las últimas que se cogieron en la Ría hace semana y media». Serpentean en el cajón ante el desdén de los parroquianos. «Maldita Navidad y maldito barco. Nos han hipotecado de por vida. El desastre está por venir. Y qué le digo yo a mis hijas cuando me preguntan por qué nos pasó esto». El pescado de Gran Sol, de Lugo, de Asturias, duerme un día más. Las carnicerías hacen su agosto y las lágrimas se las traga la tierra, a la par que la lluvia.
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