Gabriel Rufián estalla por el pacto con Ciudadanos y acusa al Gobierno de «escoger a la derecha»

En semanas anteriores Rufián incluso había aplaudido el giro al centro emprendido por la formación de Inés Arrimadas , aunque había avisado de que no terminaba de fiarse de su duración, pero ahora, cuando ERC ha perdido la llave de la gobernabilidad, el republicano ha recuperado su tono más contundente contra los liberales. «Hoy estamos aquí llevándonos por delante el espíritu de la investidura, que era palanca del progresismo y dique de contención del fascismo», ha sentenciado.

A pesar del pacto con Cs, el Gobierno siguió negociando con ERC, aunque el partido soberanista ya emitió ayer por la noche un duro comunicado en el que reprochaba al Ejecutivo no haber cedido a ninguna de sus peticiones. Entre ellas, retomar ya la mesa de negociación entre el Ejecutivo y el Govern autonómico de Quim Torra . El portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal , presumía ayer, precisamente, de haber liberado a Sánchez de los «chantajes nacionalistas».

También la portavoz de Junts per Catalunya en la Cámara Baja, Laura Borràs , ha cargado contra el acuerdo con Cs, y le ha preguntado a Sánchez irónicamente si es esa la «nueva normalidad» que promueve. Pero ha sido Rufián, socio clave de la investidura de Sánchez, el que ha atacado con más dureza al Ejecutivo.

«Hemos fracasado todos. Los que lo saben y los que aún no lo saben. Unos por no saberlo negociar y otros por no saberlo explicar. Si hace quince días apenamos a mucha gente, hoy enrabiamos a mucha gente», ha lamentado Rufián, que ha advertido al Gobierno de que por mucho que Arrimadas, según él, se disfrace de «derecha moderada», «no es Angela Merkel; es María Dolores de Cospedal».

Y ahí, en las dudas que pueda generar en Unidas Podemos acordar con Cs, ha intentado sembrar una semilla para intentar recuperar a medio plazo la posición determinante de ERC, perdida en las dos últimas prórrogas del estado de alarma. «¿Saben por qué aprueban reales decretos sociales con Cs? Porque son reaccionarios y recentralizadores», ha deslizado, y, en clara alusión a Podemos ha agregado: «Al menos uno de ustedes ya lo sabe».

Haciendo gala de su habitual sarcasmo, y en un intento de atacar a los liberales, ha señalado que Marcos de Quinto ha pasado de despedir trabajadores en Coca-Cola a «despedir a Cs» , o que Cs y el PP representan «la misma derecha» y que por eso comparten incluso «casero»: «Kike Sarasola» -en alusión a los pisos de este empresario que han utilizado tanto Isabel Díaz Ayuso como Albert Rivera en el pasado-.

«Le están dando boletos a la derecha extrema y a la extrema derecha en una rifa que pueden ganar», ha insistido, y ha acusado al presidente del Gobierno de «jugar a convencer por defecto y no por consenso» y de «jugar al chantaje». «Hoy aquí no se constata la negativa de ERC a su estado de alarma, se constata la negativa del Gobierno a negociar nada con ERC. Han escogido a la derecha, ni más ni menos», ha espetado.

ERC exigía cinco condiciones al Gobierno para apoyar con sus trece votos la quinta prórroga del estado de alarma, entre ellas la recuperación plena de competencias de la Generalitat de Cataluña -incluida la de sanidad- y poner fecha a la mesa de negociación para buscar una solución, en palabras de Rufián, a la situación de los «presos políticos».

En el turno de réplica, Sánchez ha admitido que estuvo negociando con ERC «hasta la madrugada», pero le ha recomendado que escuche a Bal -que ha afirmado que se limitan a votar si hay que levantar o no el confinamiento- y que se aplique esa actitud. «Me lo pone muy fácil. ¿Con quién gobiernan ustedes en Cataluña? ¿Con un partido progresista? Nosotros no llegamos a tanto», ha dicho Sánchez, en referencia a las críticas de Rufián de alinearse con la derecha y del ejecutivo de coalición en Cataluña entre ERC y Junts per Catalunya .

«Ustedes van a votar con la derecha y la ultraderecha y no por eso son de ultraderecha. El mismo argumento nos vale a nosotros. Le recuerdo que la legislatura tiene cuatro años por delante», le ha interpelado, tras prometerle que los compromisos que alcanzó con los republicanos para su investidura siguen en pie.

Con sus palabras, Sánchez ha conseguido enfadar a la vez a Rufián y a la neoconvergente Laura Borràs . El primero le ha echado en cara que el PSC también gobierna con Junts per Catalunya en la Diputación de Barcelona, y la segunda ha atizado al presidente al decirle que el «Gobierno más progresista de la historia puede terminar siendo el más retrógrado». Según la independentista, la «recentralización» durante el estado de alarma le impide «dar lecciones».