Los funcionarios abren la semana negra de Zapatero con protestas por el «decretazo»

Hoy son 1.700.000 funcionarios de los Cuerpos Superiores de la Administración General del Estado los que están llamados a secundar una jornada de concentración en el Palacio de Congresos de Madrid, donde expondrán sus alternativas a los recortes salariales. Mañana será la gran prueba de fuego, la huelga general en la Función Pública que han convocado los tres sindicatos mayoritarios: UGT, CC.OO. y la CSIF, aunque está previsto que se sumen otras organizaciones sectoriales como ANPE, de la Enseñanza, o Satse, de Enfermería. Un paro generalizado al que están invitados los 2.650.000 funcionarios. Esta jornada tendrá dos citas: las concentraciones organizadas en todas las provincias, en Madrid será a las once y media ante el Ministerio de Economía y Hacienda; y las manifestaciones a partir de las seis y media de la tarde, que en la capital de España se desarrollará entre la plaza de Cibeles y el Ministerio de Economía.

Estas medidas de protesta serán un ensayo general para la gran movilización que se espera si la reforma laboral que negocia el Gobierno no satisface a los sindicatos. Sin embargo, y a pesar del profundo malestar que hay en la Función Pública por los recortes salariales, las organizaciones sindicales no se muestran especialmente optimistas de que el paro vaya a ser secundado de manera mayoritaria.

Mientras que los sindicatos de clase -UGT, CC.OO. y la CSIF- advierten de que la dureza de los servicios mínimos impuestos por el Gobierno, y el «despiste al que ha jugado el Ejecutivo sobre a quién afecta o no», pueden influir en una baja participación; desde la Federación de Asociaciones de los Cuerpos de la Administración General del Estado, su vicepresidente, Rafael Coloma, argumenta a ABC que «ya nadie se fía de UGT y CC.OO., y ya no tienen el tirón de antes».

Desde la UGT, el responsable de Función Pública, Julio Lacuerda, advierte que «creo que mañana la huelga va a ser muy dispar por el tratamiento tan desigual que están dando las distintas Administraciones con unos servicios mínimos muy altos y con medidas más amplias que el decreto del Gobierno». El dirigente sindical reconoce que quizás no sea muy visible «en los centros de trabajo» y que será «una huelga de polígono industrial». Lacuerda confía más en la respuesta a la manifestación de por la tarde «que en el paro en sí».

En CC.OO. el optimismo no es mayor, como también lo reconoce Enrique Fossul, secretario general para la Función Pública, que señala: «Tenemos dudas por el despiste al que ha jugado el Gobierno sobre a quién afecta el recorte y a quién no. La respuesta yo creo que será desigual».

Desde la CSIF, su presidente, Domingo Fernández, quiere evitar las críticas que están surgiendo contra el papel de los sindicatos, por las subvenciones que reciben y por el trabajo de los liberados, señalando que éstos «han firmado un escrito para nos descuenten en el sueldo el día de huelga. La protesta es para hacer ver a la sociedad que los políticos se tenían que haber apretado antes el cinturón y dejar de contratar altos cargos, asesores y directivos de las empresas». La novedad de estas jornadas de protesta es la que llevarán a cabo hoy, por primera vez en su historia, los funcionarios de los Cuerpos Superiores. No secundarán la huelga general y han organizado hoy una jornada de concentración.