Tres años después de la derrota del Califato
Los españoles que se unieron al Daesh: tres mujeres y 14 niños en un limbo legal
El Gobierno admite que se trata de un asunto muy complejo y se remite a una respuesta conjunta de la UE
Detención en 2015 en Gandía de una mujer que reclutaba a otras para viajar a Siria para unirse al Daesh
El informe de 2020 del Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno precisa que España había declarado 254 CTE (combatientes terroristas extranjeros), según el Listado Único Común de CTE elaborado por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen ... Organizado (CITCO), dependiente del Ministerio del Interior. También se recogía que 223 eran hombres y 31 mujeres. Precisamente estas últimas son objeto de un especial seguimiento por parte de España, ya que algunas de ellas se encuentran, junto con sus hijos, en campos sirios para mujeres y sus hijos de corta edad.
Las cifras de nuestro país, en comparación con otros países europeos, son modestas. De momento, se han identificado tres mujeres y 17 niños (más una de origen marroquí, pero con hijos de padre español) alojados en los campamentos. España, hasta ahora, no ha repatriado a ninguna de ellas, lo mismo que Portugal, Polonia y Estonia. El Gobierno admite que se trata de un asunto muy complejo y se remite a una respuesta conjunta de la UE. Y apela a la prudencia.
Hasta el momento han podido ser identificadas de forma fehaciente cuatro mujeres con raíces en España retenidas en esos campos, que son custodiados por las milicias kurdas. Se trata de Yolanda Martínez y Luna Fernández; la ceutí Lubna Mohamed Miludi y Lubna Fares, de origen marroquí, pero madre de tres niños de padre español que está en paradero desconocido tras huir de esas instalaciones en febrero de 2019.
Sobre Fares pesa una orden de detención emitida por la Audiencia Nacional en España por «diversos delitos relacionados con el terrorismo». Las otras tres mujeres, que viajaron a la zona de yihad siguiendo a sus maridos en 2014 y 2015, han pedido ser repatriadas a España.
Todas se encuentran en un limbo legal. A la espera de que se solucione su situación, han sido cambiadas de campo ya en alguna ocasión. Su horizonte judicial en España es también complicado, aunque ellas aseguran que fueron engañadas por sus parejas. Un auto judicial vinculaba a las tres con la Brigada yihadista Al Andalus. Las conversaciones grabadas durante la investigación judicial indican que conocían los planes de sus maridos de viajar a Siria. Por ello, es posible que en cuanto pongan un pie en nuestro país sean detenidas acusadas de delitos terroristas.