España ultima un pacto con Somalia que avale extraditar a los dos piratas

Y es que, aunque España estableció relaciones diplomáticas con Somalia en 1968, están «congeladas» de facto desde 1991, año de inicio de la cruenta guerra civil. El propio Ministerio de Asuntos Exteriores español admite en su web la «profunda debilidad» del gobierno de Abirashid. Se autodenomina «federal» pero sólo controla un tercio del territorio -Mogadiscio y alrededores-, no la Puntlandia de donde son oriundos los piratas. Fuentes gubernamentales reconocen que la firma así de un convenio diplomático al uso -canje de notas y ratificación parlamentaria incluidas- es «muy remota en todos los sentidos».

Sin embargo, el juez Baltasar Garzón, que ordenó trasladar a España a los dos piratas detenidos en sustitución del juez Santiago Pedraz, se abonó ayer a la tesis de un acuerdo, bien con Somalia directamente o con Kenia: No se puede dejar que unos delincuentes chantajeen, dijo, pero «hay vías legales para resolver el conflicto». Y el presidente del Gobierno aprovechó la rueda de prensa de clausura de la VI Cumbre bilateral hispano-polaca en Sopot para señalar, en ese mismo sentido, que «la situación puede estar encauzada». El Ejecutivo está virando sutilmente su estrategia: hasta el jueves pasado, y después de 40 días de secuestro, la ministra de Defensa, Carme Chacón, era quien llevaba la voz cantante. Ahora, se enfoca más por la vía diplomática y, de hecho, el embajador de España en Kenia, Nicolás Martín Cinto, ya mantuvo el domingo un primer encuentro con el primer ministro somalí para exigirle mayor implicación. Zapatero, en su primera intervención tras la crisis del pasado jueves, pidió «prudencia» a los medios de comunicación y que no den pábulo a las informaciones proporcionadas por los secuestrados a sus familias a través del teléfono móvil. Hizo una llamada a la reflexión de todos, incluidas las familias, y el armador del buque, para que comprendan que están siendo utilizados por los secuestradores para presionar al Gobierno. Ese fue el argumento que usó para no pronunciarse sobre la posibilidad de juzgar a los piratas y que cumplan condena en Somalia, porque cualquier cosa que diga el Gobierno «es escuchado» automáticamente y usado como «elemento de negociación» por los piratas.

José Luis Rodríguez Zapatero garantizó que el Gobierno «sabe lo que hace» desde el primer día y que va a usar todas las vías «políticas, diplomáticas, legales y de inteligencia» para lograr la liberación de los 36 tripulantes del «Alakrana». Y se congratuló de que el líder del PP, Mariano Rajoy, le transmitiera ayer telefónicamente su «apoyo», que él cree sincero. El líder socialista dijo que todos los miembros de su gobierno están «trabajando bien» en una situación muy difícil. La orden de silencio del presidente fue cumplida a medias. El titular de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, presente en Sopot, no quiso hablar con los periodistas.

Quien sí lo hizo fue el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, para recordar que «no se puede pedir a un juez que no persiga un delito cometido contra españoles». Otra cosa es que haya «convenios internacionales», añadió en alusión al pacto que se intenta con Somalia.