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España reivindica unidad en la última Fiesta Nacional de la legislatura

El desfile militar en el centro de Madrid abrió una jornada festiva de actos en toda España con colas multitudinarias en museos y palacios

ESTEBAN VILLAREJO

Con uniforme de gala de capitán general de la Armada, Don Felipe presidió ayer el desfile militar de la Fiesta Nacional, «el Día de Todos» ... los españoles, tal y como presentaba la campaña institucional que el Gobierno viene acuñando los últimos años en los medios de comunicación. Sobre ello, «De Todos», giró la jornada festiva del 12 de octubre en Madrid (eje Prado-Recoletos, principalmente) con museos gratuitos, conciertos y exhibiciones militares, que en algunos casos tuvieron colas de casi un kilómetro (así fue en el Palacio Real). Pero también en el resto de ciudades de nuestra piel de toro, tan poco dada a exhibir y reclamar su españolidad.

También hubo fiesta en Cataluña, Andalucía, País Vasco (con la Guardia Civil celebrando la efeméride de la Virgen del Pilar), Aragón, Tordesillas, Cuacos de Yuste, en las distintas embajadas repartidas por el mundo (se suspendió la de Ankara por el atentado del sábado), en las bases militares con misiones en el extranjero... hasta en Nueva York -¿por qué no?- donde el Empire State Building de King Kong lució en la noche los colores rojo-amarillo-rojo de la Bandera nacional.

España es esa vieja nación fundida y fusionada hace 523 años: aquel mismo 1492 del «¡Tierraaaaa a la vista!» del Descubrimiento de América, que se conmemoró ayer. La Hispanidad, en definitiva. El sol lució en Madrid pese al 95 por ciento de probabilidades de chaparrón que pronosticaban los meteorólogos. Y eso fue fundamental para el buen transcurrir del «primer acto» de la Fiesta Nacional: el desfile militar, en el que participaron 3.400 efectivos del Ejército de Tierra, Aire, Armada y Guardia Civil, con 48 vehículos y 53 aeronaves.

Carmena, a la altura

Poco después de las once de la mañana llegaron los Reyes, en un Rolls-Royce histórico , a la plaza Cánovas del Castillo (con el dios Neptuno). Junto a ellos, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el ministro de Defensa, Pedro Morenés; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la anfitriona Manuela Carmena, que ejerció, a la altura del cargo, como alcaldesa de todos los madrileños. Tras pasar revista a las tropas y el acto solemne de izado de Bandera, Don Felipe depositó, como es habitual, la corona de Laurel por los militares fallecidos: «Honor y gloria a los que dieron su vida por España», rezaba en el pedestal del mástil. Todo ello bajo los acordes de «La muerte no es el final» y culminado por las salvas de artillería y el sobrevuelo de la Patrulla Águila dejando los colores de la bandera española en los cielos de Madrid.

Entre las autoridades en el palco, asistieron todos los ministros de Rajoy excepto José Manuel García-Margallo (Exteriores) y Luis de Guindos (Economía), que se encontraban en reuniones de trabajo en Luxemburgo y Perú, respectivamente. También, los presidentes del Congreso, Jesús Posada; del Senado, Pío García-Escudero, del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, y del Supremo, Carlos Lesmes, así como líderes políticos, como el socialista Pedro Sánchez y la dirigente de UPyD Rosa Díez.

Acudieron todos los presidentes autonómicos, excepto los habituales ausentes de Cataluña y País Vasco, a los que se sumó la de Navarra. Nueve se estrenaron en el acto. Además, los presidentes de las ciudades autonómicas de Ceuta y Melilla también estuvieron presentes.Los militares en su desfile, que transcurrió desde Atocha a la plaza de Colón, estuvieron acompañados por un gentío que portaba numerosas banderas de España y gritaban al paso de «vivas» a España, al Rey o a las Fuerzas Armadas. Eurofighter en desfile aéreo.

La gran atracción fue el desfile aéreo que tras una interrupción por la crisis económica en 2012 y 2013, se recuperó el pasado año en el 75 aniversario del Ejército del Aire. Este año se mantuvo, pues las horas de pilotaje y combustible se contabilizaron en la planificación anual del Ejército. Encabezado por aviones de combate Eurofighter, F-18 y AV-8B Harrier, le siguieron un Hércules y dos F-18 que simularon una operación de reabastecimiento en vuelo . Luego, el resto de los aparatos: Hércules y C-295 que participan en misiones en África, un avión P-3 Orión de vigilancia marítima, tres Canadair de lucha contraincendios, el Falcon que trasladó a uno de los enfermos de ébola el pasado año, un CN-235 de vigilancia marítima y dos helicópteros Super Puma del Servicio de Búsqueda y Rescate del ALA 48.

También se exhibieron helicópteros de combate Tigre y Chinook, a los que han seguido por parte de la Guardia Civil, y como novedad, un avión CN-235 Vigma de vigilancia marítima y helicópteros HU-26.La OTAN y Brasil. En el desfile terrestre estuvieron presentes la bandera de la OTAN -por ser España uno de los países anfitriones del ejercicio «Trident Juncture 2015»- y la bandera de Brasil, país que tiene un contingente militar participando junto a los españoles en la misión de la ONU en Líbano.El de ayer fue el último día de la Fiesta Nacional de una legislatura complicadísima : crisis y desafío secesionista en Cataluña. A 69 días de las elecciones generales del 20 de diciembre, todas las instituciones (Jefatura del Estado, ejecutivo, legislativo, judicial, territorial salvo las tres excepciones) quisieron refrendar el compromiso con esa vieja nación llamada España . Y su unidad.

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