El Congreso no entrará en la «nueva normalidad» al menos hasta septiembre

Esta situación obligará a la Cámara a mantener las restricciones de aforo y, por tanto, un porcentaje muy amplio de voto telemático durante todas las convocatorias que quedan hasta el verano. Según fuentes de la presidencia, la votación a distancia es incompatible con los textos en los que pueden introducirse enmiendas por lo que los debates de las iniciativas de la oposición (proposiciones de ley, proposiciones no de ley o mociones) seguirán paralizados hasta el mes de septiembre. El hemiciclo solo seguirá albergando sesiones de control y debates para la aprobación de textos en los que no caben enmiendas, como los decretos de estado de alarma o los reales decretos-leyes aprobados por el Consejo de Ministros.

No obstante, el plan de desescalada aprobado por el Gobierno sí obliga al Congreso a ir aumentando la asistencia de los diputados de forma gradual al menos mientras dure este periodo de sesiones. Hasta ahora, la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, se había resistido a aprobar un protocolo específico para la actividad dentro del hemiciclo, pero el pasado martes presentó a la Mesa del Congreso un cronograma preliminar con el planteamiento a seguir en las distintas fases de la desescalada. El documento aún no ha sido aprobado y se encuentra vinculado al plan de contingencia para la nueva normalidad que los servicios de la Cámara aún están elaborando.

Este cronograma provisional no contempla la introducción de cambios en la actividad y operativa del Congreso durante las fases 0 y 1, pero sí en la etapa 2, cuando la asistencia al Salón de Plenos podría elevarse hasta los 116 diputados desde el máximo de 50 personas que acuden en la actualidad.

Para fijar esa cifra, el documento toma como referencia la limitación del 30 por ciento establecida por Sanidad para el aforo en los auditorios cerrados. No obstante, el documento advierte de que, tanto en el hemiciclo como en alguna de las salas previstas para la celebración de comisiones, «no sería posible garantizar en todos los casos la distancia de seguridad, por lo que sería recomendable el uso de mascarillas».

Por ello, de cara a esta etapa, el documento señala que la Cámara está adquiriendo material de protección y dispensadores de gel hidroalcohólico «para hacer frente a las necesidades que supondría el aumento de la actividad y asistencia». En el caso de que el documento sea finalmente aprobado, será la primera vez que los diputados portarán mascarillas de manera generalizada en el pleno desde el estallido de la pandemia en marzo. A día de hoy, el uso de material de protección en el interior del pleno sigue siendo voluntario y solo una minoría de diputados hace uso del mismo.

En la siguiente etapa, la 3, el aforo del Salón de Plenos podrá alcanzar la mitad de su capacidad. Según el cronograma, hasta 175 diputados, manteniendo las medidas de seguridad y distancia . De cara a la entrada en la fase de nueva normalidad que Sanidad sitúa de forma general entre el 30 de junio y el 15 de septiembre, el plan preliminar recoge el mantenimiento de las medidas de autoprotección y vigilancia epidemiológica, pero remite al plan de contingencia aún en proceso de elaboración. La intención de Batet es elevar este último documento «próximamente» a la Mesa para su aprobación.