El chófer de Bárcenas declara por Kitchen a puerta cerrada

Citado a las 12.30 de la mañana, llegaba con antelación y protegido por un casco de moto para evitar que su rostro fuese captado por los medios de comunicación, igual que ha hecho cada vez que ha sido llamado ante el juez desde que se iniciaron las pesquisas en el otoño de 2018.

La investigación sitúa al chófer como confidente del grupo de policías involucrados en un espionaje al entorno de Bárcenas que habría tenido por objeto sustraerle documentación comprometedora para el PP y sus dirigentes que conservaría oculta tras entrar en prisión.

Varios mandos policiales, incluido el exdirector Adjunto Operativo Eugenio Pino, el exjefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas; el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo, Enrique García Castaño y el propio comisario José Manuel Villarejo, están imputados por aquella operación, así como el que fue secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

De acuerdo a la documentación que obra en el sumario, estuvo cobrando 2.000 euros al mes de los fondos reservados entre el verano de 2013 y finales de 2015, cuando entró en la Policía Nacional el penúltimo de su promoción. Este hecho está también bajo la lupa, pues se sospecha que pudo ser el colofón al pago de sus servicios.

Si bien fue su nuevo abogado quien solicitó al juzgado que Ríos prestase declaración con intención de que se sometiese a cuanto le fuese preguntado, la citación se ha producido después de que el 6 de octubre se practicase una entrada y registro en su vivienda en la que los investigadores intervinieron una serie de dispositivos que podrían contener más pruebas sobre el desarrollo de la Kitchen.

En concreto, se llevaron dos teléfonos móviles que el otrora chófer, al que Villarejo se refería como «cocinero», habría utilizado durante la época en la que tuvieron lugar los hechos, así como un dispositivo de almacenamiento que contendría imágenes y documentación, según informaron a ABC en fuentes jurídicas.

Esa diligencia como el volcado de los dispositivos que se le intervinieron se practica bajo secreto en una línea separada dentro de la propia Kitchen, sobre la que ya no pesa velo sumarial. De ahí que la comparecencia de Ríos tenga lugar a puerta cerrada, es decir, con la exclusiva presencia de su letrado, la Fiscalía Anticorrupción y el juez, sin más acusaciones ni defensas.