La bitácora de la persona mejor informada de España

Persona ordenada y metódica, a lo largo de su vida Emilio Alonso Manglano fue configurando un inmenso archivo personal en el que dejó rastro de su trayectoria

Qué son los 'papeles de Manglano'

Ser el director de un servicio de inteligencia de un Estado moderno supone convertirse de facto en la persona mejor informada de ese país . Si, además, lo eres durante casi quince años y con dos presidentes del Gobierno, el nivel de información sobre las personas e instituciones más relevantes llega a ser casi absoluto. Es el caso del general Emilio Alonso Manglano , director del Cesid desde 1981 hasta 1995, con Leopoldo Calvo-Sotelo y con Felipe González.

Persona ordenada y metódica, a lo largo de su vida Manglano fue configurando un inmenso archivo personal en el que dejó rastro de su trayectoria, primero en el Ejército y después en la cúspide de la inteligencia. En esta última etapa adquirió la costumbre de tomar nota de las reuniones y conversaciones más relevantes que celebraba en su día a día. Con el tiempo, llegó a crear una nomenclatura propia: el Rey Juan Carlos (SM), los presidentes del Gobierno (PG), los vicepresidentes (VPG) o el ministro de Defensa (MD).

Dos periodistas de ABC, Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote , han dedicado varios años a estudiar toda esta ingente información y han construido un relato que supone la versión más completa de una etapa clave para la consolidación de la democracia en España: desde el golpe de Estado del 23-F hasta la llegada al poder de José María Aznar .

Lo más destacado del archivo de Manglano son las agendas anuales, en las que cada día anotaba con letra clara y alto grado de detalle la información que recibía. Especial relevancia adquieren las confidencias que el Rey le hizo en audiencias y llamadas periódicas durante dos décadas .

También destacan los informes confidenciales que manejaba en relación con cualquier cuestión que supusiera una amenaza al Estado: desde el involucionismo y el terrorismo, temas que tienen mucho peso en los primeros 80, hasta los escándalos de corrupción del felipismo y los intentos de derribar al presidente González, que van ganando peso a partir de los 90. Pero eso no es todo. A esa bitácora diaria hay que añadir mucha documentación complementaria sobre sus encuentros con su inmediato superior, el ministro de Defensa; sus reflexiones sobre el presente y el futuro del Centro; y sobre los avances de la inteligencia española en el ámbito internacional. Son cuadernos, clasificadores, y un gran número de carpetas, dosieres, informes, distinciones, hojas de servicios, cartas personales y un largo etcétera.

Todo hace indicar que cada día, al final de la jornada, Emilio Alonso Manglano dedicaba un buen rato a pasar a limpio sus notas . Hoy, su esfuerzo y dedicación diaria permite acceder a una información fundamental para la Historia de España.

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