Abascal dijo que Vox es la única alternativa que tienen los catalanes para «recuperar» la región y reprochó que el Gobierno de Mariano Rajoy perdiera la oportunidad en 2017, según informó Europa Press, al aplicar un 155 «de mierda» de la Constitución que «devolvió el poder a los separatistas».
Más de un millar de simpatizantes arroparon a Abascal, al candidato al ayuntamiento, Gonzalo de Oro Pulido, a su portavoz en el Parlament y secretario general, Ignacio Garriga, y al líder en Cataluña, Joan Garriga.
Candidatos «valientes», los llamó Abascal. Porque el presidente de Vox vistió todo su discurso de realidad y asumió la dificultad de que su partido supere por ahora al independentismo en las urnas y, sin embargo, sí se mostró confiado de que seguirán ganando fuerza municipal y autonómica.
De hecho, Abascal está seguro de que la candidatura de Vox en Barcelona tendrá más apoyos que PP y Cs el próximo 28M. Y afiló el cuchillo para señalar que los barceloneses no se pueden «resignar» a la «peligrosa psicópata» de Ada Colau.
Las declaraciones de Vox en Barcelona fueron muy directas. Su presidente lamentó que la Ciudad Condal está «a la cabeza» de inseguridad, okupacion, inmigrantes ilegales y delincuentes. «Querían librar Barcelona del turismo y se la han entregado a delincuentes, las mafias de la okupación y los que salen a la calle con navajas, toda la gentuza que hay que echar de Barcelona y de España», protestó Abascal, que no dudó en atacar de paso al Partido Popular.
«Esa es la España de la izquierda, de los socialistas, comunistas, separatistas y también de los otros flojos que no se atreven a denunciar estas cosas», añadió. Además de echar a Colau, al independentismo y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de La Moncloa, el líder de Vox aseguró que lo más «prioritario» es «cambiar todas sus políticaas».
Un asunto que dijo que el PP de Alberto Núñez Feijóo no es capaz de llevarlo a cabo. «Prefieren que el PSOE gobierne a tener que pactar con Vox . El PSOE les ha hecho una peineta y aún así Feijóo se ha comprometido abandonando a media España», espetó Abascal.
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