Abascal se desmarca de Feijóo y promete una alternativa a la izquierda si suman

Esta vez se ha hecho esperar, pero como viene siendo ya habitual en la precampaña, el mensaje al PP de Alberto Núñez Feijóo ha sido claro y contundente. Primero, ha pasado revista a lo que ha definido como «la España del revés», con terroristas y agresores sexuales excarcelados. Ha culpado del auge del nacionalismo al bipartidismo; pero con guiños a la identidad valenciana que no han diluido su habitual mensaje patriótico en favor de la unidad nacional.

Cuando se acercaba al final de su intervención, Abascal ha mirado a quienes son sus potenciales aliados tras el 28M. Esos mismos que a día de hoy reniegan de posibles alianzas e insisten en su voluntad firme de gobernar en solitario. El presidente de Vox casi ha ridiculizado la propuesta de su homólogo en el PP, que reitera estos días su propuesta de que gobierne la lista más votada, hasta el punto de haber afirmado que los populares no lo harán si no ganan las elecciones.

«Es una renuncia inaceptable», ha clamado Abascal, ante una nutrida presencia de simpatizantes -casi 6.000, según los organizadores del mitin-. Vestido de estadista, el presidente de Vox se ha comprometido a conformar ejecutivos donde haya alternativas a la izquierda gane las elecciones un partido de derechas o no. «Hay españoles que están esperando una mayoría alternativa para que no gobierne la izquierda (...). Nosotros creemos en el sistema parlamentario», ha lanzado Abascal, con dos ganchos directos al mentón de Feijóo.

Entre sus registros habituales no han faltado las críticas a la prensa -una simpatizante se acercó a increpar a los periodistas acreditados, aunque el comportamiento del resto de asistentes fue ejemplar-, y ha denunciado la agresión sufrida por miembros de Vox en un acto de campaña en Marinaleda (Sevilla), según él silenciada o distorsionada en los medios.

Antes que él, han intervenido Ignacio Gil Lázaro, diputado por Valencia en el Congreso, Juan Manuel Bádenas, candidato a la Alcaldía valenciana, y Carlos Flores, aspirante a presidir la Generalitat Valenciana. Los tres han lanzado férreas críticas al «pancatalanismo» y han reivindicado el valenciano como lengua propia e independiente del catalán. «Estáis amenazados por el pancatalanismo, regado de manera corrupta por otras regiones que malversan caudales públicos para invadir nuevas tierras. Atacan a vuestras dos lenguas, el valenciano y el castellano. Valencia no será jamás ni un protectorado ni una colonia del pancatalanismo catalán. ¡Hemos venido a combatirlo!», ha jurado Abascal, levantando a los asistentes, bandera de España, y de Vox, en mano.

El líder de Vox ha prometido una financiación autonómica justa, una reivindicación clásica de los valencianos, frente a los privilegios concedidos a los nacionalismos vasco y catalán.

Tuvo aún tiempo de acordarse más del PP, con el rechazo a las palabras de Esteban González Pons, que afirmó que Vox es el PP con unas copas de más, y también a las declaraciones de Carlos Mazón, candidato popular a la Generalitat Valenciana, que dijo en ABC que votar a Vox era dividir el voto. «¡No es suyo!». Cierre con el himno nacional, pero esta vez precedido del valenciano. Otro guiño.