Leguina rechaza ser candidato a alcalde de Madrid por Ciudadanos

El primer presidente de Madrid (1983-1995) confirmó en conversación con ABC que había sido consultado por este partido pero que «en ningún momento me lo he planteado puesto que mi casa es el PSOE y la persona por la que yo apuesto es por mi amigo Antonio Miguel Carmona, al que estoy ayudando todo lo que puedo». Tanto que el candidato socialista inició su andadura madrileña de la mano de Leguina con el que mantiene una estrecha cercanía personal. La oferta se produce en un contexto muy favorable al equipo de Rivera que, según las últimas encuestas, podría duplicar su actual implantación política y convertirse en una fuerza determinante en algunos Ayuntamientos. Entre otros, en el de la capital de España, plaza para la que Rivera busca con mimo un representante que, de confirmarse los sondeos, podría ser la llave de la Corporación toda vez que ni PP ni PSOE obtendrían mayoría suficiente para gobernar en solitario.

Leguina reconoció sentirse «muy próximo» a Rivera, en cuyo partido «fui uno de los primeros que creí». De hecho, en las últimas semanas el dirigente socialista ha acudido a algunos actos celebrados por esta fuerza y hay que recordar que el exdiputado ya se desmarcó de la línea oficial del PSOE en las últimas elecciones catalanas manifestando su apoyo a Ciudadanos por encima del PSC. Entonces dijo que si tuviera que votar en las autonómicas catalanas, «tranquilamente» apoyaría al partido de Rivera.

Miembro de la vieja guardia y abiertamente crítico con la etapa del Gobierno socialista de Zapatero , mantiene públicamente un rechazo frontal a los movimientos antisistema y es firme defensor de la unidad de España, frente a los desafíos nacionalistas. Amigo personal de Alberto Ruiz-Gallardón, con el que comparte trabajo en el Consejo Consultivo de la Comunidad, el exmandatario ya intentó como aquél pasar de la política regional a la municipal, presentándose a las primarias de su partido en 1998 frente a Fernando Morán. Derrotado por el exministro de Asuntos Exteriores, Leguina abandonó la política madrileña para ocupar un escaño en la Carrera de San Jerónimo. Ocho años después, abandonó la primera línea y ahora participa como tertuliano en debates de televisión y radio, actividad que simultanea con su faceta literaria.