El PP, del malestar con Ruz al alivio por la salida de Mato

Estos cuadros populares admitían a ABC, antes de conocer la dimisión de Ana Mato , que la situación estaba empezando a ir demasiado lejos y que, llegado este momento, la ministra tendría que «valorar el impacto» de su imagen declarando en un juicio meses antes de algunas de las elecciones que se van a celebrar.

Al margen del afecto personal que se le tiene a Ana Mato entre una gran parte de los dirigentes populares, ya que aseguran que es «una persona querida», lo cierto es que para muchos de ellos era la «crónica de una muerte anunciada». Unas críticas que afectaban no solamente a su vinculación a la trama Gürtel sino «a los errores de comunicación que ha cometido en temas como el ébola y que han demostrado que ha quedado desacreditada».

Estos dirigentes populares aseguran que Ana Mato «no tenía otra salida porque mañana (por hoy) en el debate en el Congreso iba a dejar al presidente a los pies de los caballos». En este sentido, un miembro de la dirección nacional del PP insistía en que de no haber dimitido «le habría hecho mucho daño al presidente Rajoy» y consideró «lógica y coherente» su renuncia.

La dimisión era, por tanto, «previsible», según estas fuentes, aunque el entorno cercano a Mato afirma que ha sido una decisión «personal» y que no ha tenido ninguna «presión de dirigentes del PP». Sin embargo, en el Grupo Parlamentario Popular había prácticamente unanimidad sobre la situación tan incómoda que se hubiera producido hoy en el debate sobre corrupción si Mato hubiera estado sentada en el banco azul del Gobierno.

Para algunos populares, la ministra tendría que «haberse ido antes. No ha entendido el nivel de exigencia que hay en la calle» e incluso recriminan al Gobierno que «no sea conscientes del grado de enfado que hay entre la gente». Por ello, llegan incluso a emplazar al presidente Rajoy a aprovechar esta oportunidad «para hacer una crisis amplia de Gobierno. No nos alivia solo una dimisión, sino que tendría que hacer una remodelación para dar un impulso político».

Estas mismas fuentes afirman que «la gente del PP necesita que pase algo en el Gobierno y en el partido, un nuevo impulso y todos lo vamos a aplaudir». En su afán por intentar provocar la reacción del Ejecutivo, este dirigente regional llega a vaticinar que «o limpiamos y reaccionamos, o nos vamos a hundir».

Un veterano dirigente del partido, que antes de conocer su dimisión ya había subrayado la conveniencia de que dejara el cargo, señalaba a ABC tras conocer la decisión que «lo veo de sentido común, no tenía ningún sentido que siguiera sentada en un despacho recibiendo un pim, pam, pum todos los días».

Al margen de la dimisión de Mato, en el Partido Popular se había recibido con gran malestar el auto del juez Ruz , calificado de «insólito» por algunos de estos dirigentes populares. La justificación a este malestar la encuentran en que es «muy chocante que deje sombras de sospecha. Los autos deben ser claros y no dejar puertas entreabiertas en la Justicia». Incluso alguno ironizaba en el sentido de que «menos mal que no ha extendido esa sombra a los hijos».

Los populares recriminaban al juez Ruz el momento elegido para hacer público el auto, un día antes de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareciera en el Pleno . «El daño ya está hecho y parece que ha sido premeditado», subrayaban, pero también se mostraban partidarios de «dejar trabajar a la Justicia» y su «disposición a colaborar» con ella.

Desde la dirección nacional, el vicesecretario general de Organización y Electoral, Carlos Floriano, aseguró ayer que «la dimisión honra a Ana Mato como persona y como política». Asimismo, destacó que el PP se siente muy agradecido por su trabajo al frente del «Ministerio de Sanidad y en el partido, cargos que ha desempeñado siempre con absoluta lealtad al Gobierno y al partido». A juicio de Floriano, «esa dimisión, a pesar del coste personal y político que supone para ella, es un ejemplo más de su compromiso en defensa del interés general y de su vocación por mejorar la vida de los españoles».

La dimisión de Ana Mato es percibida también por algunos de sus compañeros de partido como el posible final de su carrera política. Marcada por la implicación de su exmarido en la trama Gürtel, algunos se atreven a vaticinar su retirada definitiva de la primera línea.