La envenenada herencia de Rubalcaba

La encuesta electoral del CIS correspondiente al mes de julio , elaborada en los últimos días de Rubalcaba al frente del PSOE, evidencia la debilidad del otrora poderoso ministro del Interior y «número dos» del Gobierno de Zapatero. Con una estimación de voto del 21,2 por ciento, los socialistas cayeron cinco puntos respecto al barómetro de abril y siguen muy lejos los resultados obtenidos en las generales del año 2011, que fueron los peores de su historia. Frente a un PP que se mantiene como el partido más votado pese a su debilidad en las últimas encuestas y los comicios europeos , el PSOE ya ve por el retrovisor a Podemos.

El partido que lidera Pablo Iglesias con un programa populista y a la izquierda del PSOE ha confirmado la sorpresa de las europeas y ya es el tercer partido con un 15,3 por ciento en estimación de voto, a seis puntos de Pedro Sánchez y siete por encima de IU, el otro gran damnificado por el «efecto Podemos ». La suma de Podemos e IU supera a los socialistas. El desplome del PSOE de Rubalcaba es tal que Iglesias incluso le supera en intención de voto directo, esto es, los datos sin «cocina», que sirven para pulsar el estado de la opinión pública.

Según los datos cruzados del CIS, solo el 65,3 de los votantes del PSOE en las generales de 2011 introdujeron la misma papeleta en los comicios europeos de mayo. Pero lo más preocupante para los socialistas es que su electorado no optó por el voto en blanco en porcentajes similares a los de otros partidos, sino que cambió de bando. El 15 por ciento de los que votaron a Rubalcaba en 2011 eligieron a Pablo Iglesias en las europeas de mayo. El 5,8 por ciento de los socialistas optaron por IU.

Las perspectivas, a unos meses de las elecciones autonómicas y municipales y con las generales en el horizonte, dibujan un panorama aún más desolador. Solo el 38,1 por ciento del votante socialista en 2011 apoyaría de nuevo al PSOE. Es una tasa muy baja, comparada con el 50 por ciento que rondan otros grupos como PP, IU o CiU, si bien más del 21 por ciento todavía no sabe qué hará con su voto. De todos modos, una sexta parte de quienes confiaron en Rubalcaba tienen decidido que votarán a Podemos, un 6,5 por ciento a IU y un 2,5 por ciento a UPyD. Este trasvase de votos es similar al que sufrirían IU y UPyD con Podemos y CiU con ERC.

La nueva dirección del PSOE minimiza daños y califica estos datos de «desfasados», al realizarse el trabajo de campo antes de la elección de Pedro Sánchez como nuevo secretario general . Según César Luena, secretario de Organización, «la remontada electoral» está en marcha y es «cuestión de tiempo». Una forma de marcar distancias con un Rubalcaba que no convencía ni a los suyos.

Más de la mitad de los votantes socialistas califican como mala o muy mala la labor de oposición del PSOE. Otro 36,7 por ciento estima que es regular frente a un magro 4,8 por ciento que la ve bien o muy bien. La valoración es especialmente negativa en el tramo de edad comprendido entre los 25 y los 44 años. Y es que Rubalcaba inspira poca o ninguna confianza a nueve de cada diez españoles. El porcentaje se sitúa en el ochenta por ciento entre los votantes socialistas, que le califican con un 4,74 sobre diez frente al 3,12 de la media nacional.

Pedro Sánchez, consciente de que el PSOE puede caer en la irrelevancia, como ocurrió con el PASOK en Grecia, pretende impulsar a la socialdemocracia española siguiendo el ejemplo de Matteo Renzi en Italia y con Felipe González como referente. Con una puesta en escena que lo aleja de la etapa de Rubalcaba, pretende hacer del PSOE «ese partido de izquierdas que atrae el centro». Ahora bien, el sondeo del CIS del mes de julio deja claro que la izquierda está capitalizada por Podemos e IU mientras que el voto de centro apenas le saca ocho décimas a UPyD. Por edades, el PSOE solo supera a los partidos que se sitúan a su izquierda entre los votantes de 55 años en adelante.