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Carles Sumarroca i Coixet, el poder de la burguesía payesa

Cofundador de Convergència, amasó durante la posguerra una fortuna que ahora gestiona su hijo

Carles Sumarroca i Coixet, el poder de la burguesía payesa

María Jesús Cañizares

Existe en Cataluña una burguesía payesa, formada por empresarios sin apellido ilustre ni título nobiliario, pero que amasaron una fortuna tras la guerra civil. Este es el caso de Carles Sumarroca i Coixet , nacido en 1933 en Llimiana, pequeño pueblo de la provincia de Lérida, cuya carrera política y empresarial ha ido siempre ligada a la de Jordi Pujol . Amigos en la clandestinidad, cómplices en los negocios, camaradas en un nacionalismo moderado que pretendía reconstruir Cataluña, ambos conocieron la prosperidad.

La institucional, en el caso de Pujol, y la económica, en el de Sumarroca. Aunque, según se ha sabido después, la frontera entre ambos terrenos era muy difusa, pues los negocios de la familia del exmandatario catalán han estado íntimamente relacionados con este perito industrial, hijo de una familia de agricultores, militante en el Grupo de Acción al Servicio de Cataluña (GASC) y fundador de la empresa Proelec (del grupo Emte). Fue presidente de Prensa Catalana y, en 1974, fundó junto con Jordi Pujol Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Desde entonces se hicieron inseparables. El «Muy honorable» sabía que podía contar con el apoyo económico de su amigo en cada proyecto emprendido por su Gobierno, al tiempo que los hijos de Pujol se estrenaban en el mundo de los negocios de la mano de Sumarroca. Este es el caso de Jordi y Pere , que trabajaron en Entorn S. L. Ingeniería y Servicios, impulsada por el empresario y que tuvo varios contratos con la Generalitat. Incluso la esposa de Pujol, Marta Ferrusola , creó con la mujer de Sumarroca, Núria Claverol , la empresa de jardinería Hidroplant.

La entrega patriótica de Sumarroca se hizo extensiva al Gobierno tripartito, pues en 2009 participó, junto con otros empresarios catalanes, en la fallida operación Spanair, cuya finalidad era crear una potente compañía aérea catalana. No era la primera vez que Carles Sumarroca se embarcaba en aventuras imposibles: también fue directivo de Banca Catalana , otro fiasco por el que Jordi Pujol estuvo a punto de ir a la cárcel. De 1977 a 1985 fue presidente de Pequeña y Mediana Empresa de Cataluña y, entre 1980 y 1989, consejero de la patronal Fomento del Trabajo. Actualmente es su hijo Carles quien lleva las riendas del negocio familiar.

La Generalitat otorgó a Sumarroca la Cruz de Sant Jordi en 2010 , galardón algo devaluado debido a la gran cantidad de personalidades que lo tienen.

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