Núria Parlon, la aficionada a la esgrima que podría lograr la paz en el PSC
Hija de un camionero y una ama de casa, ha ido ganando peso en el partido gracias a sus ideas claras
En un PSC roto en luchas intestinas, Núria Parlon ha conseguido en tres días lo que hasta hoy parecía una quimera, poner de acuerdo a todas las corrientes del socialismo catalán, de cúpula a críticos, y generar el consenso de que debe ser ella quien tome las riendas del partido en sus horas más bajas.
«En la esgrima», relataba en una entrevista hace años, «es mucho más importante la parada que el ataque». Aficionada a este deporte, la joven alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) parece dispuesta a cumplir a rajatabla dicha premisa, moviéndose con la discreción que le caracteriza para apuntalar su decisión definitiva.
Estos días realiza pasos pequeños, tanteando el terreno en las tierras movedizas del PSC tras la dimisión de Pere Navarro . «Quiere hablar con todos y escuchar a todos», explican fuentes cercanas a la diputada. Ayer almorzaba con varios dirigentes y líderes territoriales, al tiempo que se hacía eco de las demandas que los críticos le hicieron llegar a través de algunos barones socialistas. Parlon ha aceptado inicialmente el reto, aunque aguarda prudente y no lo oficializará hasta el Consell Nacional extraordinario de este domingo o incluso algún día después.
Hija de un camionero y de una ama de casa, nació en Santa Coloma, bastión socialista y populoso municipio del área metropolitana. De orígenes familiares andaluces, como muchos habitantes de esa ciudad, es licenciada en Ciencias Políticas por la Universitat Autònoma de Barcelona, en agosto cumplirá 40 años y tiene una hija, Dóttir, cuyo nombre revela su fascinación por Islandia. Tímida, pero valiente y decidida, como ella misma reconoce, fue en 2009 cuando el entonces presidente catalán, José Montilla, la escogió para sustituir al frente de la alcaldía de su ciudad a Bartomeu Muñoz, imputado en el caso de corrupción Pretoria.
No eran tiempos para la lírica en el consistorio colomense -como no lo son ahora en el PSC- y apenas llevaba dos años como concejala, aunque trabajaba en el ayuntamiento como funcionaria desde 2002 y fue teniente de alcalde. Aún así, no dudó en ponerse al frente del gobierno municipal, cargo que revalidó en las elecciones de 2011.
Cercana y trabajadora, como alcaldesa busca ser accesible, algo que se evidencia en su cuenta de Twitter , donde es muy activa y responde personalmente a consultas de los ciudadanos. Pero las zancadas de Parlon no solo se limitan a cuando sale a correr y hacer deporte, sino también a los peldaños de su partido, que parece saltar de tres en tres. Había formado parte de la comisión ejecutiva y en 2009 fue número tres del PSC a las europeas.
En el congreso del PSC de 2011 fue escogida miembro del secretariado de la ejecutiva y, al año siguiente, se estrenó como diputada en el Parlament; y en el congreso del PSOE de 2012, tuvo un rol relevante al reivindicar, junto a otros ediles, el protagonismo del municipalismo en la estructura orgánica del partido.
Carácter e ideas fijas
Dirigente de confianza de Navarro, en estos últimos meses se ha desmarcado no obstante en algunos de los temas puntales del debate en el seno del socialismo, como cuando junto al alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni, o el histórico diputado Xavier Sabaté, trataron de mediar en el conflicto entre cúpula y los tres diputados díscolos, para evitar una expulsión que resquebrajara el partido.
También fue muy crítica con la dirección por el acuerdo con CiU para el macrocomplejo de ocio BCN World, e incluso se ausentó, argumentando problemas de salud, en la votación de la reforma de la ley sobre esta cuestión en el Parlament hace dos semanas.
Ese carácter le ha servido para generar el consenso entre todos los sectores del partido a favor de su posible candidatura, desde la vieja guardia y la cúpula hasta los poderosos dirigentes territoriales, e incluso los sectores críticos ven con buenos ojos su posición «no frentista» hacia la consulta soberanista y le darán su apoyo si «suelta amarras» respecto a esta cuestión.
Amante del teatro y la música, con Sant Pol de Mar (Barcelona) como refugio preferido, fue de pequeña cuando su abuela Soledad le impregnó el socialismo y la pasión por la política. Hoy, mientras los contactos se suceden frenéticos entre los muros del PSC, ella no deja de repetirse una palabra: serenidad. La misma que el partido confía que Parlon pueda transmitir a unas aguas ahora demasiado revueltas.
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