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De Ana Botella a Matteo Renzi: políticos a los mandos que ningún votante ha elegido

Se desconoce su tirón porque no han pasado por la criba de las urnas como cabezas de lista. Susana Díaz e Ignacio González sustituyen a sus predecesores que sí escogió el electorado. ¿Es justo para el ciudadano? ¿Es higiénico en democracia?

De Ana Botella a Matteo Renzi: políticos a los mandos que ningún votante ha elegido efe

érika montañés

27 de diciembre de 2011. Ana Botella aparece radiante en el Ayuntamiento de Madrid, sede que la ha visto trabajar desde 2003 como concejal y segunda teniente de alcalde de la corporación popular que pivota sobre el reelecto Alberto Ruiz-Gallardón. Es elegida nueva ... alcaldesa de la capital de España gracias a los votos del PP. Cinco días antes, el hoy ministro de Justicia había comunicado que renunciaba a su cargo de primer edil para pasar a desempeñar el nuevo encargo que para él reservaba el líder de su partido y presidente del incipiente Gobierno, a la sazón, Mariano Rajoy. Consciente de las críticas que iban a arremolinarse en torno a su nombramiento, incorporación al Consistorio y asunción del bastón de mando municipal, Botella se reivindica como «alcaldesa legítima». Defiende que los madrileños que «mayoritariamente» votaron la candidatura del PP el 22 de mayo de ese mismo año -apenas un semestre antes- liderada por el cabeza de lista Ruiz-Gallardón también confiaron en ella y pone el acento en que su caso ya había sucedido tres veces antes, cuando en democracia se escogió un alcalde una vez iniciada la legislatura. «Al ocupar el segundo puesto en la lista del PP en las municipales de mayo asumí la posibilidad de sustituir a quien me precedía (...). Cambian las personas, pero se mantiene el proyecto político». Da en el clavo, mas... ¿no hay algo quiebra del sistema democrático cuando se vota a un cabeza de cartel y éste no cumple el compromiso asumido con los electores? Es algo así como la rescisión unilateral de un contrato de cuatro años que se ha firmado con la ciudadanía por parte de un alto cargo público . En el caso de Botella, como el de los tres dirigentes que rememoró y el de otros mandatarios (el propio Leopoldo Calvo-Sotelo tras la dimisión de Adolfo Suárez en 1981) su tirón electoral verdaderamente no ha sido calibrado. Botella pasó el corte del voto ciudadano como «número dos», pero quien apoyaba nominalmente al titular de Justicia en los comicios locales pudo sentirse decepcionado con su reemplazo. De hecho, según los analistas y políticos tanteados por ABC.es lo cierto es que se puede hablar de cierto «fraude» con el compromiso público adquirido; es una fórmula absolutamente legal, pero no del todo sana para la democracia porque «se prescinde de la opinión directa de los ciudadanos». Botella reprendió los reproches aludiendo al hecho de que no era la primera vez que sucedía y, en efecto, otros muchos primeros espadas de la política nacional e internacional no han sorteado la criba de las urnas.

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