Una Cataluña escindida también quedaría fuera de la ONU y de la OTAN

M. CALLEJA

03/02/2014
Actualizado a las 14:23h.

El resultado de una escisión de Cataluña del conjunto de España sería muy distinto al que proclaman sus precursores. Lejos de la situación idílica que ofrecen a los ciudadanos ante la hipótesis de una Cataluña independiente, lo cierto es que sería un país que quedaría fuera automáticamente de la Unión Europea, pero también de la OTAN y de la ONU. Además, se vería obligado a negociar cada uno de los tratados internacionales para retornar a las instituciones de las que ahora sí forma parte. Así lo advierte el informe de FAES titulado «20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña» , que se hizo público la semana pasada.

«La soledad y la debilidad institucional y económica de una Cataluña escindida la convertirían muy probablemente en un territorio vulnerable desde cualquier punto de vista y, por supuesto, irrelevante en el plano internacional», advierte la Fundación que preside José María Aznar.

«Cataluña ha adquirido la visibilidad internacional que hoy disfruta por ser parte de España, y no a pesar de ello», se resalta en el informe. FAES recuerda que una Cataluña independiente no seguiría en la Unión Europea «ni entraría fácilmente» después en ella, ya que eso exige el acuerdo unánime de todos sus miembros, y el cumplimiento de unos requisitos que el secesionismo rechaza.

El informe de FAES recuerda que la finalidad de la UE es «una unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa», según afirma el artículo 1 del Tratado de la Unión, algo que es contrario al secesionismo. Con esta paradoja: «El Consejo Europeo no admitiría jamás que un hipotético representante catalán invocara un hecho diferencial o un derecho a decidir, o un derecho a la estatalidad y a la asimetría para oponerse a una norma europea».

Cataluña tampoco seguiría en la OTAN. «Una Cataluña fruto de la secesión tendría que solicitar su incorporación y obtener el consenso de los Estados miembros y asumir el coste económico y social de su propia defensa», explica FAES en su documento. Asimismo, tampoco se mantendría en la ONU, y tendría que solicitar su ingreso.

En el informe se advierte de que el peso de España sin Cataluña también cambiaría en la Unión Europea. «El principio es que España sin Cataluña seguiría siendo parte de todas las instituciones de las que ahora lo es –aunque no necesariamente en las mismas condiciones; por ejemplo, en la Unión Europea habría que renegociar el peso en el Consejo, el número de europarlamentarios, etc.– y que Cataluña no lo sería de ninguna hasta que lograra negociar su ingreso como un nuevo miembro. Todos los tratados afectados tendrían que ser negociados».

Una Cataluña escindida también quedaría fuera de la ONU y de la OTAN

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